“He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?” Isaías 58 3-7 RVR1960
Nadie duda que estamos siendo estremecidos, tanto los creyentes como los incrédulos percibimos una época de remezón, sin embargo, como pueblo de Dios es tiempo de reconocer la gran responsabilidad que tenemos delante de Dios en medio de estas circunstancias. Nuestro Señor nos está llamando a lo verdadero, hemos sido confrontados respecto a lo que se anida en lo profundo de nuestro corazón y cómo esto tiene mayor relevancia delante de Dios que lo que hacemos o decimos.
Este nivel de confrontación con el Espíritu Santo nos eleva a una dimensión que aun cuando debería ser nuestro habitad, no corresponde muchas veces a nuestra realidad. Es sorprendente como podemos contaminar lo que es bueno, santo y puro, (ayuno, oración, predicación, dones espirituales etc.) con la impureza de nuestras motivaciones egoístas y vanidosas, haciendo que cada acto sublime se convierta en solo ruido: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 1 de Corintios 13:1
Gracias le damos a nuestro Padre Celestial por elegirnos para ser despertados a lo verdadero de una manera definitiva, estamos viviendo el momento de la restauración de nuestro amor por El y como consecuencia el tiempo del fluir en un genuino amor por el prójimo. Compañeros de milicia, seamos conscientes de la importancia de alimentar nuestro espíritu mediante el verdadero ayuno, cada vez que nuestro cuerpo reclame su alimento, en oración, adoración y proclamación de las escrituras desatemos ligaduras de impiedad, soltemos las cargas de opresión, perdonemos y rompamos toda alianza con el mundo, para que nuestro Señor tome su lugar en nosotros y agradándole verdaderamente, podamos hacer sus obras de todo corazón. Solo mediante esta acción consciente, por el poder del Espíritu Santo en nosotros, podremos renovar nuestros vicios por hábitos Santos.
Tiempo de hablar con Dios: Amado Padre, bendito seas por revelarnos tu verdad, la verdad de nuestra condición y guiarnos a la victoria completa que hay en ti. Perdónanos por no haber entendido que lo determinante es la motivación y guiarnos tantas veces por los rituales y apariencias. Hoy nos rendimos a tu voluntad y corremos hacia nuestra completa liberación por tu misericordia, renunciando a convivir con todo aquello que no te agrada. En el Nombre de Jesús. Amen.
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio (FJCG)
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