El Virus del Descontento

La forma como enfrentamos las situaciones difíciles o adversas en la vida desata sobre nosotros y sobre quienes nos rodean una serie de consecuencias que pueden ser definitivas para nuestro futuro porque logran infectar de INFELICIDAD no sólo nuestra mente, sino nuestro cuerpo y espíritu, llevándonos a vivir en descontento con lo que tenemos y lo que somos.

La biblia hoy nos enseña a través de la vida de una mujer llamada Ana, que una súplica puede transformar no sólo la vida de quien sufre de descontento, sino también la de todos los que la rodean. Leamos en 1ra de Samuel 1:9-11: “Después de comer y beber en Silo, Ana se levantó, y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella, con amargura de alma, oró a Jehová y lloró desconsoladamente. E hizo voto diciendo: «¡Jehová de los ejércitos!, si te dignas mirar la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de tu sierva, sino que das a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja por su cabeza.»” (RVR95)

Enfrentarnos a situaciones de incertidumbre, fracasos, largos tiempos de espera sin obtener el resultado anhelado, pueden ser el detonante para que el virus del descontento nos lleve a vivir frustrados, aburridos o desmotivados, al punto de dejar nuestros proyectos inconclusos por causa del temor a la decepción porque, al abandonarlos, nos ahorramos desdichas futuras. Y no sólo esto, cuando vivimos en descontento, nuestro carácter es infectado por el desánimo, por la amargura y eso reflejamos, adicionalmente, somos irascibles con los demás y podemos llegar a reaccionar bruscamente ante las bendiciones de otros o la bendición de tener a otros, como Ana reaccionó al amor y los detalles de su esposo.

Nadie está exento de sufrir decepciones o fracasos en la vida, como vemos, Ana era una mujer muy amada, y lo que para muchos era un fracaso en su vida, fue más tarde el motivo que le dio la gloria a Dios y trajo bendición a todo su pueblo. A veces creemos que el hecho de ser cristianos nos hace inmunes a vivir estas situaciones, pero pensar de esta forma sólo nos aleja de la realidad. Lo cierto, es que siempre tenemos dos opciones, el cómo y cuál decisión tomamos es lo que hace la diferencia entre una persona madura o inmadura no sólo emocional sino también espiritualmente.

Hoy tenemos un llamado para aplicar el antídoto a este virus con dos cosas prácticas: primero, GRATITUD por lo que tenemos y no tenemos. Jonás, estando en la profundidad, soledad y oscuridad del océano, dentro de un gran pez, ya moribundo dijo lo siguiente: “Mas yo con voz de alabanza, te ofreceré sacrificios…” (Jonás 2:9). Ofrecer sacrificios de alabanza al Señor en medio del descontento es una poderosa arma para salir de él, impedir que este virus siga infectando nuestra vida, nuestra relación con Dios y con los demás. Esto cuesta, por eso la biblia nos dice sacrificios de alabanza. Luego de esta oración el pez vomitó a Jonás en el lugar donde cumpliría el propósito de Dios. Luego de esa oración sincera derramando el dolor ante el trono, Jehová se acordó de Ana, ¡Samuel fue el resultado de una oración!, entonces necesitamos acercarnos al Señor para que El transforme nuestra realidad.

Y segundo, el llamado es a DISFRUTAR la temporada que estamos viviendo con Dios, llámese soltería, desempleo, espera, el desierto, el duelo, la soledad, nosotros no lo vemos aún pero nuestro Samuel viene en camino, Dios si lo sabe, pero anhela que, postrados en adoración, renunciemos al descontento de la situación, la ofensa o la desilusión que estamos viviendo y confiemos en él, en su promesa para este año, en que Sus pensamientos para nosotros son pensamientos de bien porque su palabra es fiel. Esto no significa ignorar el dolor o ponernos la máscara de felicidad, significa vivir nuestra temporada de la mano del Señor, derramando nuestro dolor y descontento en Su presencia para que no nos tome ventaja y nos detenga o nos desvíe de Su propósito, de eso se trata el contraste.

Amados, que el Señor nos ayude en estos propósitos y podamos ser libres del descontento que ha querido cobijar nuestra alma y opacar nuestra adoración al Rey.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra – Casa de Refugio (KMR)

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