Enfocar Nuestro Trabajo
1 Tesalonicenses 4:11 NVI: «a procurar vivir tranquilos, a ocuparse de sus propias responsabilidades y a trabajar con sus propias manos. Así les he mandado«.

En esta carta del apóstol Pablo, Dios da una instrucción muy clara; un buen creyente no descuida ningún aspecto de su vida y debe ocuparse de sus negocios, tanto terrenales como los negocios del Padre, porque esto nos da garantía de tener tranquilidad. El trabajo es un componente importante de nuestra vida, desde Adán en Génesis 2:15, vemos que Dios le entregó el jardín del Edén para que lo cuidara; es decir, le dio un trabajo, un propósito en este sentido al hombre.

La biblia nos enseña que nuestro Padre bendice el trabajo honrado y diligente, lo señala como un componente fundamental de nuestro desarrollo. Un versículo que puede resumir la misión de este rol está en Colosenses 3:23-24 (NVI): «Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor«. Este par de versículos son una completa guía de ruta sobre cómo trabaja un cristiano.

En esta óptica y volviendo a nuestra cita base de 1ra de Tesalonicenses, el sentido del pasaje nos realiza una invitación cuando dice: « a ocuparse de sus propias responsabilidades y a trabajar con sus propias manos«, y es a que no estemos ociosos, perdiendo nuestro tiempo sin dar fruto. Algo que puede ayudarnos a estar siempre enfocados es pensar que Dios es realmente nuestro «jefe» en cualquier labor y que aún ocuparnos de sus asuntos, buscar primeramente su reino y su justicia, trae la bendición de su añadidura sobre nuestra vida.

¿Suena fácil?, no. ¿Es un pensamiento correcto?, ¡completamente! Durante muchos años no vi el fruto del esfuerzo de mi trabajo, sentía que me esforzaba mucho y la recompensa era poca, vivía frustrado pensando que el problema estaba en mí ya que a pesar de querer agradar a mis jefes no lo conseguía. Esto fue antes de conocer a Dios, porque cuando entendí en qué consistía el descanso en Él me dediqué a buscar hacer su voluntad, así no fuera lo más popular dentro del medio en el que me muevo. Hoy busco su dirección en todo lo que hago, y él como buen jefe, me recompensa con su guía y respaldo. Decidí hacerle mi mánager y quién marque mi camino diario hacia su propósito y hoy puedo decir que veo recompensa por el esfuerzo de trabajar para el mejor jefe de todos. Él me ha mostrado que solo lo necesito a Él para crecer, y no solo para ascender sino para hacer de mi trabajo un gozo diario.

En mi trabajo secular, a pesar de ser el menos cercano o amigo de mi jefe, soy el que más ascensos y encomiendas tengo de su parte; así que, lo que en el mundo se vería como un posible obstáculo, en la lógica de nuestro Padre es un regalo inmerecido que ni yo puedo explicar aún. Así que mi trabajo consiste en todas las mañanas entregarle mi vida y mi día, buscar su presencia, adorarlo y leer en su palabra la dirección para cada cosa que hago. Mi oración diaria es, Padre no permitas que hoy diga o haga nada que tú no quieras.

Tengo el mejor Jefe y hago el mejor trabajo de todos, obedecerle y procurar caminar en su propósito para mi vida.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio, GJ.

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