Job 8: 20 – 22 RVR1960: “He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni apoya la mano de los malignos. 21 Aún llenará tu boca de risa, y tus labios de júbilo. 22 Los que te aborrecen serán vestidos de confusión; y la habitación de los impíos perecerá.”
Llevar una vida en consagración a Cristo posee un ingrediente que no nos gusta a muchos, se trata de ese proceso o molino de vivir con que hay personas, familiares, compañeros de trabajo o cualquier otra persona que, al parecer, sin razón alguna te aborrecen.
¿Podríamos preguntarnos en algunas ocasiones hay motivos para que esto suceda? Debo decir que, si las hay, es lo que portamos. ¿Qué es lo que portamos?, es El Espíritu Santo de Dios. ¿Había razón para que Esteban fuera apedreado hasta la muerte?, humanamente no; pero lo que portaba le hacía mucho daño a los fariseos y saduceos.
Lo que había en este hombre, lo que hablaba de parte de Dios reñía con la tradición, la religiosidad, con todo aquello debidamente establecido y por eso lo aborrecieron hasta llevarlo a la muerte. Por tanto, no se trataba que este varón dijera mentiras o hiciera algo por fuera de la “ley”, pero en realidad es que lo que marca la diferencia en nosotros como hijos de Dios no es cuánto poseamos, estudiemos, qué amistades tenemos o de que familias somos, entre muchas otras razones.
Lo que mueve el mundo espiritual y natural es lo que Dios ha puesto en nosotros, la porción de su espíritu en nuestra vida; que nos aborrezca el mundo no es fácil, pero debemos aprender a resistirlo; porque no sobreviene sobre nosotros nada diferente a lo que vivió Jesús y cada uno de los hombres que quedaron en la biblia.
También es cierto que estamos coronados por su gracia, pero este es uno de esos aspectos que con su ayuda vamos a traspasar para no perder el enfoque y la perspectiva; puesto que, sucede en momentos claves de avance en nuestras vidas para estancarnos y que no pasemos a los lugares de bendición.
Le ruego a Dios que nos mantenga enfocados y con la mirada puesta en lo importante para que a pesar de las circunstancias podamos avanzar a pasos agigantados guiados por el espíritu de Dios.
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (TAS)
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