“El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras permanecerán para siempre.” (Mateo 24:35 TLA)
Hace unos días hablaba con una amiga sobre el reto de educar a nuestros hijos en estos tiempos. Todos los días hay una serie, una moda, una canción, algo de lo que hay que hablar con ellos porque contradice los principios del reino de Dios.
Los tiempos cambian a pasos agigantados, pero que bueno es saber que la palabra de Dios NO, porque es Una sola, la mejor ayuda en todo tiempo, el Arma del Espíritu para nuestra defensa, por tanto, nunca debemos avergonzarnos de ella. Pablo bien dice en Romanos 1:16 (RVR95): “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también al griego…”
Cuando no sabemos qué hacer y qué decir es útil recurrir a La Palabra de Dios. Charles Spurgeon decía que, “La Palabra de Dios es como un león. No tienes que defender a un león, todo lo que tienes que hacer es soltar al león y el león se defenderá.”
“Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir.” (2 Timoteo 3:16 TLA)
En un mundo donde a lo malo le dicen bueno y a lo bueno malo, es muy fácil caer en la trampa del diablo de buscar acomodar la palabra de Dios para ser aceptados, para ser «bien vistos» y al final convertir nuestras opiniones en herejías. Una herejía es: una idea contraria a la palabra de Dios, de una persona que decide seguir su propia opinión creando una nueva doctrina que se opone al evangelio de Cristo. Si señores, cualquier opinión contraria a la palabra de Dios es una herejía y ante esto ¡debemos estar atentos!
Así que, cuando nos digan que la Biblia es un libro pasado de moda, que todo ha evolucionado, menos ella, que los tiempos son otros, que la ciencia avanzó y nos demostró que estábamos equivocados, que antes se desconocían muchos comportamientos humanos, recordemos que nadie es más sabio que Aquel que hizo todo con Su palabra, los que hemos vivido ignorando muchas cosas somos los humanos, pero Dios que nos creó, nos hizo perfectos, El no erró, el hombre si y lo hace todos los días por la dureza de su corazón y por no obedecer el consejo que nuestro sabio Padre nos dejó en las escrituras.
“Todo el que quiera ser sabio que comience por obedecer a Dios; conocer al Dios santo es dar muestras de inteligencia.” (Proverbios 9:10 TLA)
Hoy quiero que guardes especialmente esta palabra de Pablo en tu corazón, cuando yo la leí, sacudió mi alma y me hizo preguntarme: ¿Qué predico en mi círculo familiar y social? ¿Predico el evangelio de Dios o lo acomodo a mi conveniencia, a mis creencias o a mis propias debilidades, buscando la aceptación de los hombres por encima de la de Dios?, “Yo no ando buscando que la gente apruebe lo que digo. Ni ando buscando quedar bien con nadie. Si así lo hiciera, ya no sería yo un servidor de Cristo. ¡Para mí, lo importante es que Dios me apruebe!” (Gálatas 1:10 TLA)
Quiero cerrar con algo importante: No es inocente acomodar la palabra de Dios para vernos menos anticuados, buscar predicar un evangelio más «actual y moderno» es servirle en su propósito al diablo, que es el que busca el camino corto para perdición del pueblo de Dios. Es decir que, hacerlo es servir al diablo y no a Dios. Te invito a preguntarte esto cuando te veas tentado a hacerlo.
“Si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Josué 24:15 RVR95)
Devocionales Refúgiate en Su Palabra – Casa de Refugio (GVO)
Leave a Reply