“Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1a de Tesalonicenses 5 :16 RVR1960)
A veces creemos que nuestra relación con Dios es compleja, que no es fácil entender sus designios, que atender sus instrucciones nos supera y que no sabemos cómo debemos operar espiritualmente ante las dificultades. Y de verdad es tan fácil, nuestro Padre celestial nos ha dado todo para tener un corazón conforme a su voluntad.
Nada más debemos conectarnos con Él, veamos como con esta palabra Él nos da 3 herramientas de conexión:
1) Estad siempre gozosos
Si amados, el Señor nos llama a alegrarnos siempre… no a veces, o únicamente cuando las cosas salen como queremos, o cuando nos llega nuestra anhelada bendición… no amados, Él nos manda estar alegres siempre. Cuando estamos enfermos, cuando no tenemos el trabajo que queremos, cuando no nos llega la bendición anhelada también debemos estar gozosos.
No olvidemos que el gozo es un fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5: 22), entonces si yo vivo verdaderamente en Cristo, debe producirme gozo entender que la vida tiene dificultades, pero mi fe y amor hacia El me permitirán sobrellevar la pena y superarla, pero mientras eso llega, debo gozarme en El.
2) Orad sin cesar. Creo yo que el instrumento más poderoso que tenemos para comunicarnos con Dios es la oración, sentir que podemos exponer ante el Rey Supremo del Universo nuestros miedos, nuestras angustias, nuestros planes y sueños, es sabernos hijos de Él.
La oración es una necesidad, y en la Biblia encontramos miles los testimonios de respuesta que el Señor dio luego de la oración. Y al igual que el gozo, la oración debe ser permanente, siempre debemos orar, no solo cuando atravesamos un momento difícil. Es más, diría que la oración es directamente proporcional al gozo que debemos pregonar de la gloria de Dios en nuestras vidas. Obsérvense cuando están tristes y pregúntense ¿cuánto han orado por esos días? (Es posible que nos haga falta más oración…)
3) Dad gracias en todo. Agradecer: ¡qué lindo verbo! da por sentado que hemos recibido algo. Y así es, hemos recibido nada más y nada menos que ¡la paga de nuestra deuda a través de la sangre de Cristo para nuestra salvación! De ahí para abajo todo es un regalo que adorna el premio mayor y por eso debemos agradecer siempre, aun aquello que nunca tuvimos o tendremos debemos agradecerlo, pues bajo el control de Dios, todas las cosas son perfectas.
Estos tiempos, aunque no lo parezcan, son tiempos de gozo, de gozo espiritual, de mucha oración y de constante agradecimiento. Si no lo has hecho ¡hoy es un buen día para empezar!
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio OAM
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