Al momento que nos decidimos por Cristo morimos a nuestra antigua vida, a algunos nos cuesta más y tiempo; mientras que hay otros que de manera mucho más radical y vehemente. No importa el grupo en el que estemos, la verdad es que ya no estamos para vivir nuestra antigua vida en cualquier ámbito y tampoco es necesario.
En el versículo 3 dice que tu vida y mi vida están escondidas en Cristo, esta verdad debe ser motivo de paz para nosotros, para nuestro corazón. Tengo que confesar que no lo había escudriñado de esta forma. Esta palabra nos afirma que cada área de mi vida, por tanto, soy hija y he aceptado a Cristo, esta escondida, tomada y resguardada en él, en el salvador, el que dio la vida por nosotros.
Esta palabra debe ser la garantía que todo estará bien, nos permite estar en la PAZ que, por tanto todo está en sus manos, todo tendrá un buen final y se cumplirá la palabra de Jeremías 29: 11 y es que cada uno de sus planes en nosotros es de completo bienestar para nuestras vidas.
Hoy el Eterno nos inquieta a pensar en esa área que nos quita la paz, en la que no vemos como habrá un buen resultado, que pareciera estar en un hueco o rincón oscuro; pues la respuesta está aquí en esta carta del apóstol, dice: TODO ESO ESTA ESCONDIDO EN EL REGAZO DEL PADRE, GUARDADO EN ÉL Y RESGURADADO POR SU AMOR POR NOSOTROS.
Oro para que entremos en la paz de esta palabra en nuestras vidas, cada área y en especial esos lugares que no queremos mirar porque sacan lo peor de nosotros. Hay un plan perfecto, de bienestar y de bien allí. Te creemos Padre, en el nombre de Jesús. Amén
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (TAS)
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