“Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.” (Filipenses 2:12b-13 NTV)
La iglesia de Filipo fue la primera fundada por Pablo en Europa Oriental, una colonia romana arraigada a las tradiciones nacionales, lo que generó una fuerte oposición al mensaje del evangelio. Desde la prisión, él escribe esta carta como agradecimiento a la ayuda enviada con la visita de Epafrodito. Cada uno de los mensajes que Pablo da a esta congregación toma palabras claves del mensaje transmitido en los versos 5 al 11, el cual vimos ayer en nuestro devocional: Jesús, para expresar que nuestra vida también es una muestra viva de la historia del redentor de la humanidad.
Tanto la tradición religiosa y cultural, que es fuerte en nuestra nación, como la oposición que día a día vemos contra todo mensaje relacionado con la biblia, la vida de Jesús y sus preceptos, el consejo dado por Pablo a esta congregación nos insta: “Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación”, el consejo no es esforzarnos para alcanzarla, como si en algo dependiera la obra de nosotros, sino esforzarnos en manifestar frutos de la nueva persona que somos en Cristo. Esforzarnos en mostrar que somos diferentes porque Cristo nos ha cambiado, somos transformados de gloria en gloria porque amamos Su presencia y por ello la buscamos cada día para ser renovados; que somos santificados en El y por tanto nuestra fe es viva, llena de obras que exaltan Su nombre; que hemos sido justificados y por ello estamos seguros que ninguna condenación hay sobre nosotros porque Cristo pago el precio completo por nuestra libertad, por tanto avanzamos sin temor a lo que pueda hacer el enemigo; que somos hechura suya y por ello, cuidamos nuestro cuerpo, nuestra salud e integridad, guardamos nuestro corazón porque de ahí viene la vida. No es fácil mostrar que seguir a Jesús no es una religión sino un estilo de vida, por eso requiere esfuerzo.
Obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. Porque aquel que hizo la obra tiene toda autoridad y poder, no se aferró a sus derechos como Hijo de Dios, él es la razón por la cual todo existe, eso merece una profunda reverencia y temor, respeto. Alguien que ha dejado todo por ti no sólo es digno de toda la gratitud sino de total obediencia y honra. Aunque el mundo nos diga que es malo, que es absurdo porque obedecer significa someterse, ser sumisos y esas palabras son odiadas por la filosofía de este mundo, somos libres mientras más sometidos estamos a Cristo.
En un mundo que quiere que cada uno haga lo que cree correcto, Dios nos pide seguir su instrucción porque El “trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada”. Sólo necesitamos decir, ayúdanos y aferrarnos a esta palabra, su trabajo da fruto en nosotros y él mismo nos da las ganas y la fuerza para hacer lo que a él le agrada, su propósito.
Tiempo de Hablar con Dios: Amado Salvador, te glorifico, gracias por Tu palabra que me da luz para el camino y me enseña cómo puedo avanzar hacia tu propósito. Quiero cada día dar frutos dignos de la obra maravillosa y llena de amor que has hecho por mí, quiero hacerte sonreír porque me das todas las herramientas para hacerlo, necesito de Tu Espíritu, de Tu palabra cada día, dame la fuerza y la sabiduría para enfrentar con convicción y fe sobre la Roca, que tu vives, eres real y poderoso para transformar otras vidas, quiero serte útil Señor. En el nombre de Jesús, amén.
2021 El Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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