Mateo 9:16 -17: “Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente”.
La mayoría de las mujeres, por no decir todas, amamos estrenar y los hombres, dependiendo de los gustos, disfrutan de aquella novedad de su afición o pasatiempo. Asimismo, los hijos de Dios en este año que comienza, a pesar de las circunstancias o lo inesperado que ha sucedido, debemos tener la mirada en lo que ha hablado el Padre para este nuevo año, nuestros ojos verán algo nuevo que Dios ha diseñado para quienes le creen.
Leamos nuevamente los dos versículos iniciales y lo que nos esta anunciando la palabra de Dios. La llegada de algo que no tiene nada que ver con nuestro pasado, que no encaja con lo anterior. Dice la palabra de Dios: ¡paño nuevo, vino nuevo, odres nuevos!
Estamos frente al anuncio de algo nuevo que Dios va a entregar a sus hijos pero que no tiene nada que ver con el viejo hombre que éramos, con la mentalidad del mundo, con las costumbres mundanas o con la forma como tomábamos decisiones antes de entregarnos a Cristo.
¿Por qué la palabra de hoy nos recuerda ese viejo hombre? ¿Qué hay todavía en nosotros que no encaja con el vino nuevo y el odre nuevo que nuestro Señor ha dispuesto para nosotros?
Oro a mi Jesús para que muramos definitivamente a ese pasado que solo trae muerte y no nos permite avanzar a lo nuevo que por gracia recibiremos, que lleva nuestro nombre y que en el nombre de nuestro Salvador disfrutaremos para la gloria y honra de nuestro Padre eterno. Amén.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (TS)
#mimetaesanimar
Leave a Reply