El anterior aparte bíblico son las últimas palabras contenidas en el antiguo testamento, una revelación donde el profeta Malaquías hace una definitiva advertencia; Allá ustedes si dejan que la soberbia y la maldad continúe haciendo estragos en sus vidas, porque de ser así; fuego que arde en horno será vuestro destino y nosotros un simple pedazo de estopa, esa fibra de lino que se usaba en la época para avivar estrepitosamente el fuego sucumbiendo de igual forma en este.
Esta profecía tuvo lugar cerca de 430 años previos a la venida de Jesús, fue este tiempo el lapso que divide el antiguo del nuevo testamento e inmerso allí, Malaquías había anunciado la llegada del más grande, Jesús. Casi cinco siglos entre la profecía y la materialización de la misma, siendo claro el profeta en que, si le tememos a su nombre, si disponemos nuestras vidas a cumplir su Palabra diligentemente, nacerá en nuestros corazones el Sol de su justicia, es decir que lo puro será realmente nuestro anhelo, saldremos y saltaremos como ganado joven de la manada exentos del calcinante fuego que se aproxima, que no ha llegado aún pero que embiste estruendosamente anunciando la segunda venida de Jesús. Así que para qué posponer la gloria hermanos, demos ese paso que cruza el Jordán hacia la tierra prometida, pongamos en acción el amor de Jesús en nuestras vidas cumpliendo sus lineamientos contemplados en las Escrituras; orémosle, alabémosle, dignifiquemos su nombre, esta es la hora de la reconciliación verdadera con nuestro diseño original, tiempo de volver nuestro corazón al orden divino.
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio FJCG
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