Eterno Presente

Apocalipsis 22:16-17 TLA: “Jesús dice: «Yo he enviado a mi ángel, para que les diga a las iglesias todas estas cosas. Yo soy el descendiente del rey David; yo soy la estrella que brilla al amanecer.» El Espíritu de Dios y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven, Señor Jesús!» Y todos los que estén escuchando digan: «¡Ven, Señor Jesús!» Y el que tenga sed y quiera agua, que venga y tome gratis del agua que da vida eterna.”

El hombre se jacta de ser el conquistador de territorios, grandes civilizaciones, de realizar grandiosos hallazgos científicos y tecnológicos y de su más grande conquista: la Luna, hecho que sacudió a la humanidad y la llevó a tener conciencia de su naturaleza y sus alcances como especie, más allá de las fronteras terrestres. Sin embargo, Dios ha establecido unos límites para el hombre, por eso hay algo que el hombre jamás podrá conquistar: el Tiempo. Esto me hace recordar las palabras del mismo Señor para Job: “¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes al sol para que comience un nuevo día?” (Job 38:12 TLA)

A lo largo de toda la narrativa bíblica en las palabras de Jesús encontramos que toda su exposición se realiza en un presente atemporal; es decir, no tiene un tiempo determinado porque expresan una verdad, una sentencia o conocimiento, razón por la que encontramos en la palabra de Dios un significado para nuestro presente. La palabra que te bendice hoy es la misma que bendijo a otros hace 50, 100 0 500 años, y es la misma que bendecirá a más los años venideros, porque Él y Su palabra son como un eterno presente.

El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras permanecerán para siempre.” (Mateo 24:35 TLA)

Recordemos que en unidad, toda de la palabra de Dios entreteje un argumento central en todas sus líneas, JESUCRISTO es el salvador de la humanidad. A través de cada obra literaria, Dios ha hablado a todas las personas de todas épocas, inclusive aquellas que solo tuvieron la Torá, o el Antiguo Testamento. Todos los textos juntos traen un relato único que nos lleva a tener nuestra esperanza en un solo líder, el Único dueño del tiempo: “Hermanos míos, no olviden que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años son como un día.” (2 Pedro 3:8 TLA)

No hay nada que para tu presente, Él y Su palabra, no puedan traer luz y paz, porque Él es “la estrella que brilla al amanecer”. Cada mañana cuando te despiertes, sabes que el Sol, la estrella mayor esta ahí, aunque el cielo este completamente nublado Él está ahí, aunque hoy no puedas entender completamente el significado de la palabra que ha traído a tu presente, cuando se despeje el cielo verás que ahí está. Cuando se disipe la tormenta entenderás el propósito, la aplicación de Su palabra para ti hoy, porque EL ES EL DUEÑO DE TU PRESENTE, por eso Su palabra te vivifica hoy, mañana y durante toda tu vida, y si la enseñas a tus hijos, a tu familia y a otros, tendrá el mismo efecto en su presente.

El libro de Apocalipsis fue escrito por Juan entre los años 64 y 90 d.C. y desde entonces, en el presente de Su iglesia, que para otros fue el ayer, para nosotros es el hoy y para otros será mañana, El Espíritu de Dios y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven, Señor Jesús!».

Por tanto, nuestra vida se basa en: TENER SED, porque “el que tenga sed y quiera agua, que venga y tome gratis del agua que da vida eterna”. ESCUDRIÑAR su palabra para nuestro presente, BUSCARLE en Su palabra, CONOCERLE a través de Su palabra, ADORARLE con Su palabra, porque ella es nuestro eterno presente que despeja las dudas del pasado y aclara nuestra visión para el futuro, por eso todos los que estén escuchando digan: «¡Ven, Señor Jesús

2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)

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