“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1 Corintios 15:58 RVR1960)
Una de las características más especiales del apostol Pablo, es su manera de entrelasar las actividades cotidianas a la fe de un creyente en Cristo. La vinculación entre lo ideológico y lo práctico es como una melodía en la que todo es coherente por tanto, armonioso y bello.
Durante un año y medio, Pablo estuvo compartiendo la Palabra de Dios y conociendo la comunidad de la iglesia de los corintios (Hechos 18), tiempo después, al recibir el reporte de cómo iban las cosas en la iglesia, decidió escribirles al ver que se encontraban en peligro de permitir que su testimonio fuera deteriorado por la influencia de malas compañías inspiradas de doctrinas falsas, así como de flaquear en sus esfuerzos por extender el Evangelio, meta que se iba desvaneciendo de sus mentes a causa de la infiltración de estas ideas que envolvían la esperanza cristiana en una espesa niebla de incertidumbres.
Decidir cómo actuar en cualquier área de la vida, mirando a través de los lentes del evangelio, nos da la seguridad de obtener la victoria. Y es que sobre esa base Dios quiere que fundamentes tu vida, sobre la base de la victoria de Cristo en la cruz “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Corintios 15:57 RVR1960).
Por tanto, “estad firmes y constantes”. Necesitamos firmeza en nuestra voluntad, determinados a permanecer en la verdad de la biblia a pesar de todas las corrientes que se han levantando alrededor, a pesar del desánimo, de las ideologías que aunque parecen correctas y muchas contienen sabiduría humana, contradicen la verdad del Evangelio de Cristo y nos llevan a fluctuar, porque esa es la intención del enemigo, quitarte aquello que te ayuda a estar firme en la verdad que es Cristo. Pero a veces, no son las cosas de afuera las que nos quieren desviar de nuestra determinación, también son las cosas que tenemos en el corazón, los caprichos de la vida que dicen “para eso trabajo”, pero “todos los hacen así”; a mi amig@ le funcionó y no pasó nada”…
Cualquier cosa interna o externa que quiera quitar el fundamento de Cristo en ti ¡estorba! No hay nada más peligroso para la extensión del evangelio que un cristiano superficial y fluctuante. Si somos siervos del Dios vivo, somos victoriosos en Él ¡somos constantes! No paramos, porque el reino de los cielos debe avanzar. Huir o desertar nunca puede ser una opción, si algo te lleva a contemplarlo ¡deséchalo!
Crecer es el propósito de Dios para ti en todo tiempo “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Proverbios 4:18 RVR1960). Confiados en la victoria en Cristo podemos andar firmes, constantes y creciendo.
Nuestra meta es y debe ser, compartir la salvación y la libertad de Jesús para otros, nuestra pasión, además de adorarle es alcanzar almas para El.
“Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.” (Hechos 17:28 RVR1960)
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (KMR)
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