“Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento, porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. Hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor, su Dios. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo dispuesto.” (Lucas 1:14-17 RVR95)
Dios no me responde, no puedo escuchar la voz de Dios, no logro entender cómo es que Dios habla, le he pedido a Dios por eso específicamente y no recibo respuesta, Dios no me ama, Dios le responde a otros, pero no a mi…
Si no supieras la historia de Juan el Bautista, ¿cómo te imaginarías a la persona encargada de preparar el camino para la venida de Jesús al mundo? Bueno, en lo personal jamás me hubiera imaginado un personaje con unas características tan peculiares, y no por su carácter recio sino por sus formas; vestido con ropa hecha de pelo de camello, taparrabos de cuero, alimentándose sólo de miel y frutos del desierto porque no es claro si eran saltamontes o un fruto que era similar a la langosta (Mateo 3:4), que sin pena le gritaba a los fariseos y saduceos que eran una “Camada de víboras”, en general un hombre bastante particular y de formas insospechadas.
De un hombre cuyo nombre significa “el Señor es misericordioso”, cualquiera esperaría una persona de la que brota amor con una sola mirada. Sin embargo, Juan fue un pariente de Jesús, un hombre profundamente amado por el Señor y lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre y si, le hizo honor a su nombre porque su mensaje era exclusivamente de arrepentimiento para preparar el corazón de las personas ante la venida del Mesías, el elemento fundamental para poder recibir a la persona y al mensaje de Jesús, así es que Dios preparó el camino para la venida del Señor con un personaje totalmente fuera de lo común.
A veces encasillamos el obrar o las bendiciones de Dios de la forma en que nuestra mente las puede concebir, como tradicionalmente lo conocemos, o como vemos en otros que se manifiesta, pero la verdad es que el Dios que ha creado todas las cosas, puede traer respuestas y bendiciones a nuestra vida de la forma que menos pensamos y como menos lo esperamos. Siempre he pensado que Pedro, uno de los discípulos que estuvo junto a Jesús, tuvo que ser testigo de muchas cosas que le parecieron totalmente extrañas pero gloriosas para referirse a la Gracia de Dios como algo Multiforme (1 Pedro 4:10).
Así como Dios escogió a Juan el Bautista, un personaje particular y totalmente inesperado, así Dios responderá a nuestra oración y de una forma inesperada. Eso que tanto anhela nuestro corazón será una realidad en Sus manos, pero de la forma que menos esperamos e imaginamos, lo cierto es que, será una muestra exuberante de Su amor y de SU MULTIFORME GRACIA sobre nosotros porque, aunque nada merecemos y de nada somos dignos, Su amor sobrepasa nuestro entendimiento y Sus actos de amor cualquier comprensión humana.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra – Casa de Refugio (KMR)
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