JUAN 17:9-16 RVR 1960 “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; mas estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”
La oración por los discípulos, precioso pasaje bíblico que registra la intercesión detallada y cuidadosa de nuestro Señor Jesucristo por aquellos que habían peregrinado a su lado mientras caminó sobre la tierra y por aquellos que lo haríamos después de su ascensión. Siempre es necesario aclarar que el amor de Cristo cubre todo el mundo, Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”; sin embargo, el Salvador aclara que este clamor no es por el mundo, sino por aquellos que le fueron dados por el Padre.
En medio de este ruego, nuestro Señor Jesús medita respecto a su partida, Él dejaría de estar sobre la tierra y sus discípulos amados quedarían en ella, claro, si alguien conocía verdaderamente el mal que los acechaba y los acecharía en el mundo era Él, por eso suplica al Padre protección, protección en la unidad. Nuestro Dios trino es todopoderoso y en medio de esta oración se evoca la unidad como escudo de protección: “Guárdalos en tu Nombre”.
Lo anterior tiene toda la lógica, satanás, el príncipe de este mundo, gobierna con perversidad, no hay aceptación para el discípulo de Cristo en el mundo, puesto que el enemigo le aborrece, lo glorioso es que no puede tocarle porque el hijo de Dios esta guardado del mal en el Nombre de Jehová, así lo oró el Hijo y le fue concedido por el Padre.
La Biblia nos enseña a tener cuidado de nosotros mismos, por eso es importante meditar respecto a lo que sentimos por el sistema del mundo; puesto que claramente debemos amar a los no creyentes, pero debemos así mismo aborrecer el sistema demoniaco que los gobierna, sin coqueteos, sin negociaciones, sin excepciones, recordemos que estar guardado del mal de este mundo es la consecuencia de conocer verdaderamente el Nombre de Cristo y de haber puesto en Él nuestro amor; el Salmo 91:14-16 dice: “Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación”
Ha llegado el tiempo que con diligencia guardemos de nuestra alma, apartándonos del mundo, de sus deseos, de sus exigencias, de su sistema, siendo luz en medio de la oscuridad que le gobierna.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio. LC
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