Hablando sin Palabras
(1 al 7) 1 Pedro 3:1-2 NTV: “De la misma manera, ustedes esposas, tienen que aceptar la autoridad de sus esposos. Entonces, aun cuando alguno de ellos se niegue a obedecer la Buena Noticia, la vida recta de ustedes les hablará sin palabras. Ellos serán ganados al observar la vida pura y la conducta respetuosa de ustedes.”

Este capítulo inicia diciendo “de la misma manera”, lo que inmediatamente me lleva a buscar todo el contexto del pasaje. Pedro escribe a los gentiles creyentes de Asia Menor, era un tiempo difícil de esclavitud, muchos tenían que vivir junto a familias romanas y someterse a su autoridad, aunque estos no creyeran en Jesús.

En una lectura somera, podríamos pensar que esta parte de la carta está dirigida a las mujeres casadas, pero lo cierto es que la palabra de Dios siempre tiene un mensaje para todos. Por eso, más que dirigirse a un grupo exclusivo de personas, la palabra de hoy nos habla de roles, en este caso el ejemplo viene con las esposas, pero el contexto está dirigido a distintos roles que como creyentes tenemos en la vida, por eso el principio general se aplica.

Pidiendo a Dios su dirección respecto a este devocional, me vi reflejada en el conflicto interno de estos creyentes, al tener que obedecer a alguien que es duro, que no tiene a Cristo, pero es una autoridad sobre mí; ante esta situación tengo dos caminos: imponer mi voluntad con las consecuencias que eso conlleva o respetar y someterme, claro está que no estamos tocando en este momento, el punto de qué es lo que nos están pidiendo obedecer, estamos hablando del principio general.

Las palabras de Pedro hacen parte de un hilo conductor en toda la biblia, Dios me ha llamado a hacer lo bueno; ¿qué es hacer lo bueno en este caso?, entender el principio de una autoridad y someterme a ella, ¿por qué?, porque Cristo me enseñó con su ejemplo que debo obedecer, aunque eso implique muchas veces sufrir, ¿para qué?, para impactar la vida de otros. Pedro dice: “la vida recta de ustedes les hablará sin palabras. Ellos serán ganados al observar la vida pura y la conducta respetuosa de ustedes.”

Todos hoy tenemos un rol, como empleados, como hijos, como esposos, etc., en uno, o quizás en varios, puedo estar teniendo conflictos que me llevan a justificar mi desobediencia o rebeldía, pero Dios nos está diciendo: no te sometes porque eres débil, te sometes porque en la obediencia hay integridad, hay salvación para otros, te sometes porque me amas a mí y amas al otro.

Devocionales, Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (KM)  

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