“Estos son los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra… De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.” (1 Crónicas 12:1, 32 RVR1960)
Estamos viviendo tiempos difíciles, tiempos de guerra espiritual ante la oleada de violencia, injusticia, mentiras, satanismo, humanismo y la creciente corrupción que parece ahogar los sueños de un mejor país, de un mejor mundo. Hemos sido llamados a formar las filas de un ejército poderoso en Cristo llamado iglesia que, como sal impide que se corrompa todo a nuestro alrededor y como luz pone en evidencias las obras infructuosas del enemigo para declarar la victoria de Jesucristo sobre ellas.
Los hombres que se unieron a David sin ser aun rey, fueron guiados por el Espíritu de Dios (v.18), eran hombres valientes, guerreros y esforzados. Doscientos de ellos eran de la tribu de Isacar, la palabra de Dios nos describe en un versículo tres de sus características:
Eran “entendidos en los tiempos”, es necesario y Dios quiere que nuestros ojos se abran para ver la realidad de estos tiempos. Solamente sumergidos en el río del Espíritu de Dios podremos ser guiados por él para evitar ser confundidos y utilizados para los fines del enemigo. Jesús lloró ante la ceguera de Jerusalén, ellos tenían líderes pero faltos de entendimientos del tiempo que estaban viviendo. Tuvieron a los profetas, pero no se fijaron en lo que estaba sucediendo realmente en ese momento, la llegada de su Mesías. No fueron capaces de ver lo que Dios les estaba ofreciendo: “Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.” (Lucas 19:41-42).
“Sabían lo que Israel debía hacer”. Estos hombres no solamente entendieron que era el momento de apoyar a David, sino que sabían también qué hacer. Hoy necesitamos no sólo saber qué momento estamos viviendo, sino saber cómo actuar y qué armas podemos utilizar para vencer. En este tiempo debemos estar listos para escuchar la voz del Espíritu Santo y su instrucción, así se va formando el ejército de Dios.
Dios le dio una promesa y visión a Abraham y muchos caminaron en pos de ella. A través de Josué llegó el tiempo de la conquista y fue necesaria una nueva generación para llegar a ella, con David era el momento para gobernar por eso necesitó guerreros valientes a su lado, con Esther llegó el tiempo para liberar al pueblo. Ahora, vamos de la mano de nuestro mejor aliado y líder, el Espíritu Santo, pero sabemos ¿cuál es el propósito de este momento? Esto no en lo personal solamente, sino como iglesia.
Eran hombres con Autoridad, “cuyo dicho seguían todos sus hermanos”. Esto quiere decir que había credibilidad en sus palabras, una cualidad muy ausente en todo el mundo hoy. La credibilidad no está vinculada con la veracidad del mensaje, nuestro mensaje es el más poderoso que pueda existir y ha perdurado durante miles de años: JESÚS VIVE y vino para hacer justicia y rescatarnos, está vinculada con nosotros y la confianza que generamos como mensajeros, con la honestidad entre la relación del mensaje y nuestra propia vida, es decir, si llevamos una doble vida, llena de apariencias y ausente del poder de Dios, ¿quién nos va a creer?
Tiempo de Hablar con Dios: Bendito Salvador, glorioso y excelso es tu Nombre por la eternidad. Hoy te agradecemos porque nos amaste primero y nos escogiste para hacer parte de una sola familia, de un solo cuerpo, de un solo ejército. Queremos ser guerreros valientes, entendidos del tiempo en el que estamos, que saben qué hacer, cómo hacerlo y en qué momento. Nos sometemos a Tu autoridad y a la autoridad de Tu palabra porque queremos que sea real en nuestra vida, queremos ser un ejército digno del Dios vivo, de Jehová de los ejércitos. En el nombre de Jesús, amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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