Jesús

Jesús

Jesucristo nos dio en cuanto a esto un gran ejemplo, porque, aunque era Dios, no demandó ni se aferró a los derechos que como Dios tenía, sino que, despojándose de su gran poder y gloria, tomó forma de esclavo al nacer como hombre. Y en su humillación llegó al extremo de morir como mueren los criminales: en la cruz.  Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le dio el nombre que está por encima de cualquier nombre, para que al escuchar el nombre de Jesús no haya rodilla en el cielo, en la tierra ni en los abismos que no se doble, y para que toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para la gloria de Dios el Padre.” (Filipenses 2:5-11 Paráfrasis, Versión No hay Amor más grande)

Sin duda puedo decir que este es uno de los pasajes más hermosos de la biblia. De una manera artística, Pablo realiza el recuento de toda la encarnación, vida, muerte, resurrección y exaltación de Jesús. En pocas palabras reúne la historia y propósito en la tierra de nuestro personaje favorito, el hombre más importante de todos los tiempos, Jesús.

Francamente, cualquier otro despliegue de palabras sobra, entonces el propósito para hoy es considerar la obra redentora y aprender de Jesús 4 cosas para nuestra vida diaria:

Jesús no se aferró, aunque sus derechos eran legítimos, Jesús decidió dejar a un lado su poder y su gloria en el cielo para cumplir el propósito del Padre. Para alcanzar el propósito de Dios, es necesario no aferrarnos a nada terrenal. Así como “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora…” (Eclesiastés 3:1), todo tiene su ciclo, todo tiene un inicio y un fin, por tanto, las cosas se disfrutan, se valoran y se aman mientras estemos llamados a tenerlas, aunque por derecho nos pertenezcan, renunciar a ellas por cumplir la voluntad de Dios es la mayor ganancia. Podemos iniciar con cosas pequeñas, entonces ¿a qué puedo renunciar esta semana?, por ejemplo, a mi derecho de descansar para dedicar este tiempo a enriquecer mi relación con Dios. Esto puede significar salir de la rutina, con Dios también podemos tomar un café, salir a caminar, etc., lo importante es pasar tiempo de calidad con El. 

Jesús tomó forma de siervo (esclavo). El Hijo de Dios, el hombre más grande que pudo pisar la tierra, nos dio ejemplo de humildad al hacerse como uno de nosotros, no se aferró tampoco a su esencia de Dios para decir: “¿usted no sabe quién soy yo?” El vino para servir, no para ser servido, entonces, ¿de qué manera puedo hacerme su siervo hoy? “No hay amor más grande que el dar la vida por lo amigos” (Juan 15:13). Hay más felicidad en dar que en recibir, alguien te necesita hoy, puedes tomar forma de siervo poniéndote al servicio de alguien que lo necesita. Es muy sencillo, a veces sólo con levantar la vista del celular vas a ver que alguien necesita ayuda, y ese alguien puede estar en tu casa, en tu trabajo, sólo necesitas ser más consciente de los demás. 

Jesús murió. Indiscutiblemente a diario necesitamos morir al pecado, necesitamos verlo como el principal obstáculo para alcanzar el propósito de Dios, nos aleja, nos estorba, nos detiene; por tanto, eso que lleva días, semanas, meses o años cumpliendo ese propósito, debe morir hoy.

Dios lo exaltó… para que toda lengua confiese que Jesucristo es Señor. Si hay una meta que necesitamos trazarnos en nuestra vida, es que aquellos que nos rodean puedan reconocer a Jesús y confesar que él es el Señor. Este es el fin supremo, la razón de nuestro peregrinaje por esta tierra.

Tiempo de Hablar con Dios: Toma cada punto para enriquecer tu oración de hoy, y pasa un tiempo de calidad con Dios, con el único propósito de salir renovado y diferente a como entraste.

2021 El Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)

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