En este pasaje podemos ver la misericordia y amor de Dios por la humanidad. Al leer la conversación de Dios con Abraham, entendemos el dolor que sentía Abraham por aquellos hermanos que morirían, al ser destruida la ciudad, y su gran esfuerzo por interceder por ellos delante de Dios sabiendo el pecado que había allí.
En aquel tiempo, eran justos quienes cumplían la ley y creían en Dios, por lo que aquellos que no la seguían y eran pecadores no eran vistos de esta manera. Pero Dios escucha a Abraham sabiendo que él no podría encontrar ningún justo; sin embargo, en su infinita misericordia acepta no destruir la ciudad si fuesen hallados al menos 10; aun conociendo la maldad de aquel lugar aceptaría no destruirla porque es un Dios justo.
En el tiempo de la dispensación de la gracia, este tiempo, Jesucristo nos ha hecho justos ante el Padre (justificados), pues por su sangre que fue derramada en la cruz, fuimos lavados del pecado y perdonado, ahora el Padre nos ve a través de ella.
Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y lo que fue robado por el enemigo ha sido restaurado en Cristo. Entre esas cosas, la justicia de Dios, esa justicia que nos muestra el perdón de Dios para con nosotros, y por ende debemos reflejar lo mismo para con nuestros hermanos, pues todos cometemos errores, pero así como Dios nos perdona y nos ve con amor, así mismo debemos ver a nuestros hermanos.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (MM)
#MiMetaEsPerdonar
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