La Alabanza Mantiene los Cimientos
Isaías 12:1-2 RVR1960 Cántico de acción de gracias: “En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí”.
 
En este pasaje podemos ver cómo la acción de alabar nos lleva a ser conscientes de quién es nuestro cimiento y merecedor de nuestra admiración. Somos muy bendecidos porque tenemos al verdadero Dios, Aquel que con tanto amor nos ama, y cuyo amor aplaca su enojo convirtiéndolo en una inigualable gracia.
 
Esa gracia manifestada a los hombres nos permite encontrar algunas verdades necesarias para nuestra vida:
 
Él es nuestro Consolador, porque es Quien cambia nuestro lamento en danza, el que cuenta nuestras lágrimas y no deja caer ninguna de ellas en vano. Quien nos da Espíritu de amor, de poder y de dominio propio, Quien nos inspira a no estar afanosos sino confiados en Él para que la paz que sobrepasa todo entendimiento guarde nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús. ¡Qué calidad de consolador tenemos!
 
Él es nuestra Salvación, porque solamente a través de la fe en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos salvación y vida eterna, cuando lo recibimos como Señor y Salvador, cuando nos llama a un genuino arrepentimiento, y siendo Juez, nos perdona, nos limpia, nos restaura, nos sana y nos empodera preparándonos para toda buena obra. ¡Qué gran salvador tenemos!
 
Él es Digno de confianza, de modo que se lleva todos nuestros temores, porque Él es nuestro Pastor, nuestro cuidador y nada nos faltará, Él nos cuida del terror nocturno, de la pestilencia, de los peligros del día a día, y aunque andemos en valle de sombra y de muerte, no temeremos, porque aunque en el mundo tengamos aflicciones en El Señor podemos confiar porque Él venció al mundo. ¡Qué gran seguridad tenemos en nuestro Dios!
 
Él es nuestra fuerza, porque cuando nos falten las fuerzas Él las aumentará como las del búfalo, y los que esperamos en Jehová, correremos y no nos cansaremos, caminaremos y no nos fatigaremos. ¡Qué inigualable fuente de fuerza y poder tenemos!
 
Finalmente, Él es nuestra canción, porque gracias a su amor por nosotros nos llena de gozo, de agradecimiento y este gozo nos fortalece, nos inspira y nos lleva a vivir con un corazón agradecido. Es esa constante alabanza la que nos lleva a reconocer la calidad de Dios que tenemos, para amarnos, consolarnos, salvarnos de la muerte, para guardarnos, y darnos fuerzas. Nuestro Padre celestial es merecedor de nuestra alabanza no sólo por lo que hace por nosotros, sino aún más por quien es.
 
Que siempre perdure nuestra alabanza a Dios, para reconocer el Gran Cimiento sobre el cual está construida nuestra vida.
 
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio – JENM
#MimetaesAlabar

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