“En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia” Proverbios 17-17 RVR1960
A lo largo de mi vida me he dado cuenta que existen personas, allegadas o no, que acuden a nosotros al momento de requerir favores muy especiales y que por lo general nadie quiere realizar, es esta la razón por la cual me he hallado, queriendo o no; empujando vehículos, cargando trasteos, haciendo mandados o inclusive prestando dinero, y aunque les confieso que en muchos momentos me llegué a sentir ligeramente manipulado, siempre me ha consolado entender que el servicio a los demás es la misión principal en nuestra vida Cristiana, y recordar que el mandato divino es sencillamente amar al amigo en todo tiempo, momento y lugar.
Es realmente maravilloso comprobar la fidelidad de Dios a través del cumplimiento de su Palabra, pues este mandato contiene una promesa: «En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia« Proverbios 17:17 RVR1960, y solo aquel que en obediencia sincera fluya en el amor concedido por nuestro Señor Jesucristo, quien dio su vida por nosotros, podrá disfrutar del sublime misterio de la amistad en Dios: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” Juan 15:13 RVR 1960.
He aquí una verdadera iglesia, quien se ejercita en la amistad bíblica, hallará en ella la verdadera hermandad: “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano” Proverbios 18:24 RVR1960. Se que muchos de nosotros hemos sido sorprendidos por el Señor, al ser sostenidos cuando más lo necesitamos, por aquellos que sin interés servimos en el amor de Dios, convirtiéndonos con las vueltas de la vida en beneficiarios de su favor y consuelo. ¡Aprovecha hoy la oportunidad para demostrarle tu amor a aquel amigo, que ya dejó de serlo para ser tu hermano! Un mensaje, un detalle, un gesto de amor hacia él, honra realmente al más grande amigo que jamás haya existido, Jesucristo el Rey.
La invitación de hoy es a exaltar y practicar la amistad en Dios, pues la oportunidad única de experimentar el inagotable amor de nuestra hermandad en Cristo, es dejar de limitar nuestro amor inagotable al “núcleo familiar”, pues la frontera de la consanguineidad no existe a la luz de la palabra, somos una familia en Dios, somos hermanos en Cristo Jesús y no hay mayor poder evangelístico que manifestar al mundo la amistad que no puede entender, la amistad divina, esos lazos de amor incondicional son irresistibles e indestructibles: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”
Hoy comprendo que amar con la misma entrega a los que “no” están en primer grado de consanguinidad, no significa que restemos al amor familiar para entregárselo al prójimo, pues el Amor de Dios es tan inagotable y se manifiesta con tanta abundancia que no tiene fin para las generaciones que dejamos permear nuestro corazón en Él; y así va a ser de exuberante para muchos redundando en los nuestros: “Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones” Deuteronomio 7-9 RVR1960.
Señor, te damos gracias por permitirnos comprender el valor de amar y servir a nuestros amigos, a nuestro prójimo; con el mismo amor y entrega con que amamos y servimos a nuestras familia de sangre; permítenos guardar tus mandamientos Señor para disfrutar así del reino de los cielos; has del servicio al prójimo una pasión en nuestras vidas, permítenos comprender que amar a nuestro prójimo no significa mermar la entrega a los propios; simple y llanamente porque tu amor es infinito, porque en tu provisión es inagotable; te lo pedimos y suplicamos Señor Amén y amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (FJCG)
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