1 Timoteo 6:11-16 RVR1960: “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.”
En estos versículos, Pablo anima a Timoteo a seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y la humildad. Es una invitación a todos los que estamos al servicio de Dios a alejarnos de todo lo malo y tratar siempre de obedecer a Dios y ser buenos discípulos de Jesucristo. Pelear la buena batalla de la fe significa que nos mantenemos firmes en la Palabra y en el poder del Espíritu, a pesar de la oscuridad que pueda existir a nuestro alrededor, despojando al hombre interior, cada día en la cruz, para que no seamos gobernados por nuestros sentimientos y busquemos las respuestas sólo a través de nuestro razonamiento, sin la ayuda del Espíritu de Dios, luchando para que no reine al pecado en nuestro cuerpo mortal, porque fuimos llamados a la vida eterna por el Padre a través de Cristo.
Jesús mismo cuando se encarnó en un cuerpo humano, dio testimonio de fe ante Pilatos al expresar su confianza absoluta en los planes del Padre. Así mismo, nosotros debemos dar testimonio al mundo de nuestra confianza en Él. Sabiendo que la prueba de nuestra fe produce paciencia, o cómo dice la versión bíblica de la Nueva Traducción Viviente, “siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada.” (Santiago 1:3-5 NTV). Cuanto más me dispongo para ser transformado más libertad tengo para amar.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (LG)
#Mimetaesamar
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