Qué bueno es reconocer en medio de nuestras batallas individuales que hubo quien ya venció, Hebreos 2:14-15 RVR60 dice: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre” se refiere a nuestro Señor Jesucristo, quien al destruir a Satanás, nos libró de la esclavitud del temor para siempre.
La Real Academia Española (RAE) afirma que temor es: “Recelo de un daño futuro que nos hace huir o rehusar” haciendo referencia a un daño futuro, algo que no hace parte del presente. Siendo el más grande temor de la humanidad: la muerte; sin duda la extravagante victoria en la cruz consiste en que no existe la muerte para el Creyente, pues viviremos eternamente en la presencia de nuestro Dios y por ello, no hay lugar al miedo en nuestra vida.
Esta estruendosa victoria sobre el temor, debe ser recordada por cada uno de nosotros diariamente, pues ¿Por qué hemos de temerle a lo que aún no ha acontecido? El enemigo nos engaña sembrando en nosotros la idea de que necesitamos algo que no ha de llegar; ese pensamiento temeroso alimenta la incredulidad, nos hace creer que para vivir en gozo debemos recibir los que esperamos del entorno, de alguna persona, sin que podamos entender que todo lo que necesitamos solo proviene de Dios. El miedo cede el control de nuestra vida al demonio, pero la libertad de temor nos entrega la victoria. Veamos dos ejemplos en las Escrituras de personas que, venciendo el miedo con determinación, gustaron de las victorias más significativas del Antiguo Testamento:
1 de Samuel 17:48-51 NVI “En cuanto el filisteo avanzó para acercarse a David y enfrentarse con él, también este corrió rápidamente hacia la línea de batalla para hacerle frente. Metiendo la mano en su bolsa sacó una piedra, y con la honda se la lanzó al filisteo, hiriéndolo en la frente. Con la piedra incrustada entre ceja y ceja, el filisteo cayó de bruces al suelo. Así fue como David triunfó sobre el filisteo: lo hirió de muerte con una honda y una piedra, y sin empuñar la espada. Luego corrió adonde estaba el filisteo, le quitó la espada y, desenvainándola, lo remató con ella y le cortó la cabeza” Todo el Ejercito Israelí se paralizaba pensando lo que Goliat podría hacerles, pero David se movió pensando en lo que Jehová le haría a Goliat; David no solo no se dejó amedrentar sino que con valor se abalanzó corriendo a su enemigo con la confianza puesta en Dios, recuerda Iglesia: no alcanzaremos nuestras propias victorias, sin antes disfrutar de la libertad del miedo.
Leamos Ester 4:15-17 RVR60 “Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester” Ester gusto de la libertad del temor usando el arma espiritual del ayuno, ella fue libre del pánico para poder interceder efectivamente por su pueblo. Hermanos; si transformamos el miedo por esfuerzo y valentía, vamos a transformar no solo nuestras vidas sino la de nuestras familias y pueblos.
Iglesia, el temor a lo que NO podemos ver simplemente no existe, es este una visión desafortunada que pone el enemigo en nuestras mentes con la perversa intención de que huyamos o nos rehusemos a continuar, para que detengamos nuestro andar y lo peor aún; que optemos por caminos oscuros o que retrocedamos el que hemos avanzados en Dios. Recordemos: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días” Salmo 23:4-6 RVR60
Te rogamos Señor que nos ayudes a distinguir claramente los peligros reales de los imaginarios y sin sentido que propone el enemigo, danos prudencia para enfrentar la realidad de la vida con fe; danos el valor de David y Ester para enfrentar con tu valor nuestro destino propio, disfrutando la libertad que pagaste estruendosamente en la cruz del calvario. Amén.
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio 2022 (FJCG)
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