La Fe que nos Empodera
1 Pedro 1:22-25 NVI: “Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón los unos a los otros. 23 Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. 24 Porque «todo mortal es como la hierba y toda su gloria como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se cae, 25 pero la palabra del Señor permanece para siempre». Y este es el mensaje de las buenas noticias que se les ha anunciado a ustedes”.
 
 
En este pasaje El Señor nuestro Dios nos enseña que somos purificados de la vieja manera de vivir a través de la palabra maravillosa que nos dejó, el manual de vida que Dios dejó exclusivamente para nosotros, la Biblia. Si la atendemos cuidadosamente y con diligencia, esta fortalecerá nuestra fe que viene por el escucharla.
 
Esta fe nos empodera, porque nos abre los ojos y nos permite ver que hay salvación verdadera de nuestra naturaleza pecaminosa a través de Jesús. De igual manera, esta fe nos empodera para llevarnos al arrepentimiento y dejar la vieja manera de vivir, para que fortalecidos en Cristo podamos seguir su voluntad; porque para vencer los deseos de la carne, no es suficiente alejarnos de aquellas tentaciones que nos llevan a obedecerlos, sino que primeramente nos ocupamos en seguir al Señor, buscar su presencia y su justicia, entonces nuestros pensamientos ya no estarán enfocados en la carne, sino en hacer la voluntad de Dios y deleitarnos en ella, pero toda esa convicción empieza por la fe en El Señor, la cual nos llenó de valor para hacerlo.
 
Esta fe en Jesús, El Hijo de Dios, también nos empodera para amar, para recibir el amor de Dios que se manifestó a través de Jesús, y que nosotros brindamos a quienes nos rodean, a nuestro prójimo.
 
Tenemos a diario la oportunidad de ratificarnos en nuestra nueva vida en Jesús, un nuevo comienzo que no tiene un fundamente pasajero o que perece, sino uno firme, inmutable, lleno de poder y amor; ese fundamento es Jesús. Por tanto, nuestra fe y esperanza deben estar en Él, porque nosotros sin merecerlo, y por su gracia, recibimos esta oportunidad a través de esa fe que nos empodera, no para desperdiciar la vida sino por el contrario, para ganarla en Cristo, haciendo su voluntad, que es buena, agradable y perfecta, y que nos lleva a recibir y dar el amor de Dios.
 
Lo más maravilloso de Dios es que la fe ni siquiera viene de nosotros, sino que es un don que nos regaló para que precisamente tuviéramos acceso a su salvación, a su Reino, a su justicia, y a Él, quien es nuestro mayor galardón, para que luego todo lo demás sea añadido. ¡Qué bueno es nuestro Dios! no sólo nos ofreció el camino a él a través de Cristo, sino que nos dio la fe que nos permite tener acceso a la Verdad y la Vida que es él. Definitivamente nuestro Padre nos empoderó con la fe.
 
Devocionales Refúgiate en su palabra, Casa de Refugio – JENM
#MimetaesCreer

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