La Fórmula Magistral
Salmo 128 1-2 RVR1960: Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien. El mismo aparte bíblico, pero en la versión Dios Habla Hoy nos dice: Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente. Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y te irá bien.
 
El devocional del día de hoy es titulado la fórmula magistral, y se llamó así en razón a que, por lo general, los seres humanos nos complicamos la vida tratando de descifrar formas, ecuaciones; nos desgastamos en experimentar procesos, actitudes, creencias falsas que nos desvían del camino de la verdad y la vida; pensamientos enmarañados que pueden retornar a las sendas de Dios con una simple igualdad aritmética, una de Dios por supuesto. Y ya que nos adentramos en el entorno matemático, existen procesos en la vida que podemos resumir con una suma básica, la cual, y que en referencia al salmo que atañe este devocional lo podemos simplificar así: Honrar (escuchar la Voz del Padre) + Obedecerle = Bienaventuranza, felicidad, resume la versión Dios Habla Hoy. No hay que sacarle la tangente, el binomio cuadrado o la derivada; No: Si lo que quiero en la vida es ser feliz, próspero y demás: honremos a nuestro padre y obedezcámosle, no necesitamos hacer nada más.
 
Hoy me confesaré en medio de este devocional: definitivamente nunca fui el más diestro en matemáticas; me costaba muchísimo y recuerdo a mi madre decir: “es que el niño no tiene las bases matemáticas”; pero por fortuna mi hermano mayor si las tenía, fue excelentísimo en aritmética, algebra, calculo y demás, y  se esmeraba con paciencia para enseñarme las ecuaciones algebraicas del cubano Aurelio Baldor, sin embargo,  tal paciencia en ocasiones se tornaba en frustración,  cuando me veía sucumbir en la tentación de mirar las respuestas incluidas en las últimas hojas del libro, y me preguntaba ¿Qué tan difícil puede ser factorizar? A lo que yo le respondía: ¿Para que me va a servir en la vida aprender a factorizar?. Esta conversación concluía su clase diciendo: “tiene razón; apréndase mejor la regla de tres que esa sí que le va a servir en la vida” y sí, confieso que así prácticamente, me gradúe de la universidad.
 
Lo anterior siempre me llevó a pensar que la vida se resume en ecuaciones simples, que no es tan compleja como la pensamos o incluso hacemos, y este salmo refuerza mi pensar.  La fórmula de la felicidad tan buscada por todas las edades de la humanidad, objeto de disertaciones eternas entre los grandes filósofos del mundo, tiene una regla sencilla y poderosa: Bienaventuranza = Honrar al Padre Celestial + Obedecerle.
 
El Salmo 128 enfatiza que quienes trabajan con integridad y respeto tanto en el cielo como en la tierra experimentarán esa bendición, esa felicidad tan anhelada; esto complementado con el primer mandamiento con promesa, pues quienes, en cumplimiento de lo anterior, honran a sus Padres terrenales, serán de larga vida sobre la tierra; Éxodo 20:12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Es decir, que también tenemos la formula de la larga vida en la tierra.
 
Demos gracias a Dios por la sabiduría de su palabra y roguemos por nuestra sujeción a la misma, para que podamos disfrutar plenamente de esos secretos escondidos en su verdad y que son manifestados a aquellos que con humildad los buscan y atesoran.
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra                                                                                                                     Casa de Refugio FJCG

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