La Importancia de Pelear Juntos
Devocional a dos voces
2 Samuel 1:2-4: “Al tercer día, sucedió que vino uno del campamento de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se postró en tierra e hizo reverencia. Y le preguntó David: ¿De dónde vienes? Y él respondió: Me he escapado del campamento de Israel. David le dijo: ¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y son muertos; también Saúl y Jonatán su hijo murieron.” 

Leyendo esta historia lo primero que uno podría preguntarse es, ¿por qué mientras David viene de derrotar a un reino que había capturado a su familia, Saúl y Jonathan mueren en batalla? En algún momento luchaban como ejército para defender al mismo pueblo, el pueblo de Dios, pero las rencillas, envidias, codicia y demás habrían abierto una brecha dentro del mismo ejército y esa división era aprovechada por sus enemigos para derrotar la parte más débil.

Esta triste historia me recuerda algún momento de mi vida matrimonial en donde la crisis tocó a la puerta, había división, rencillas y contienda. Cada uno pensaba diferente y el enemigo entró con el propósito de generar mentira, destrucción y muerte a mi hogar. La división de prioridades, hábitos y convicciones fue el caldo de cultivo donde él operó con nuestra ayuda y sin nosotros identificarlo.

Para la Gloria de Dios ese periodo pasó y nos fortaleció, aprendimos que Dios bendice en la unidad y que para ponernos de acuerdo con Él y sus planes es necesario ponernos de acuerdo nosotros como familia. Aprendimos que las guerras no se libran entre nosotros sino con el enemigo cuando quiere usar a uno de los nuestros para dividir, aprendimos que, si lo ponemos a Él primero que todo, su presencia nos lleva de gloria en gloria aún en las peores pruebas.

Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer”. (Marcos 3:24-25).

No es fácil aprender a ser amigos dentro de un matrimonio, pero es la mejor alianza posible, entendimos que cuando llegan las diferencias ninguna es irreconciliable, que la pelea no es entre nosotros sino con el enemigo y juntos defendemos esta unión, porque sabemos que somos uno de sus objetivos. Nadie me conoce como ella y a ella nadie como yo, nos confiamos todo, hablamos de nuestras expectativas y sueños y sobre todo buscamos alinearlos con los de Dios para pelear juntos la batalla diaria de la fe, conscientes de que en toda relación el tercero siempre debe ser Dios.

Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (GJ/GV)
 

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