Ezequiel 22:30 TLA: “Yo he buscado entre ellos a alguien que los defienda; alguien que se ponga entre ellos y yo, y que los proteja como una muralla; alguien que me ruegue por ellos para que no los destruya. Pero no he encontrado a nadie.”
La lectura de este pasaje me reveló la importancia de UNO en el reino de los cielos.
Muchas veces nos sentimos desanimados al ver que estamos solos al buscar hacer la voluntad de Dios en nuestra casa, en nuestra familia, en nuestro trabajo, en nuestro circulo social. Empezamos a hablar de Jesús y nos damos cuenta de que somos los únicos que lo hacemos y más aún, que disfrutamos haciéndolo.
Si te has sentido cansado de ser el único que ora y que lleva en sus hombros la responsabilidad del conocimiento de Jesús a donde vayas, esta palabra es para ti.
A veces, como en la escritura del profeta Ezequiel, Dios busca SÓLO UNO, uno que haga vallado, uno que interceda ante Él por esa familia, por ese matrimonio, por ese hombre o mujer, tan sólo uno que interceda por esa nación, ¡SÓLO UNO!
Este pasaje abrió mis ojos y me llevó a dimensionar la importancia del uno. Uno de nosotros haciendo el bien, uno de nosotros firmes en Cristo, uno de nosotros influenciando para bien a los demás, uno sólo evitando que los chismes se propaguen, uno de nosotros intercediendo por los demás.
Si el Señor preguntara hoy si hay uno orando por tu casa ¿lo encontraría?
La palabra del Señor dice que él buscó uno que intercediera ante Él para no destruir a su pueblo y no lo encontró. No estaba buscando una docena, ni siquiera dos, dijo uno. Nosotros podemos ser ese uno que hoy se para en la brecha por esa persona que necesita a Jesús, por ese hogar, por esa persona y también por nuestra nación. ¡Nosotros estamos llamados a ser ese uno!
El profeta Ezequiel habla de “defender”, porque la mejor forma de defender la bendición que Dios nos ha dado, no es peleando con las armas del mundo, sino con la poderosa arma de la oración. La mejor forma de defender nuestro hogar, nuestro matrimonio, nuestros hijos, familiares o a quienes amamos, es orando y sirviendo como puentes entre esa brecha que se abrió entre ellos y Dios, defenderlos es hacer una muralla alrededor de ellos a través de la oración.
Familia, hoy más que nunca nuestra nación necesita de nuestra oración, de nuestro clamor, para que el reino de los cielos opere con libertad y poder. No pienses que por ser uno solo, no vas a ser escuchado. ¡Recuerda siempre que Dios está buscando tan sólo uno!
Devocionales Refúgiate en Su Palabra – Casa de Refugio (GVO)
Leave a Reply