“Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hacen en secreto” Efesios 5:11-12 RVR1960
Las escrituras nos resaltan la prioridad absoluta en nuestra vida como Cristianos de no participar en las obras infructuosas de las tinieblas, es decir, de las acciones y pensamientos que derivan del pecado, es un mandato claro de evitarlas, de no darles lugar en nuestro corazón; pero este pasaje va más allá de la evasión, pues contiene una invitación a la confrontación, cuando dice: “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” Efesios 5:11. Reprenderlas nos habla de una afirmación de rechazo determinante proveniente de nuestro corazón a toda oscuridad.
Es muy lógico que debamos vivir en alerta respecto al mover de las tinieblas, porque mientras estemos en el mundo, aunque intentemos evadirlas, habrá momentos en que el ataque a nuestro interior será directo y allí es preciso asumir una posición de batalla.
Me es imposible no recordar una experiencia desde lo natural que marcó mi vida siendo muy joven, con aproximadamente 20 años, caminaba con un amigo por el centro de Bogotá cerca de las seis de la tarde y nos fue necesario transitar por una zona de las llamadas ”de tolerancia”, cuando de repente tres hombres o más que conspiraban maliciosamente en la puerta de un bar, nos miraron fijamente; en una reacción de conservación instintiva ambos tratamos de evitar la confrontación cambiándonos a la acera opuesta, pero los conspiradores nos envistieron rápidamente con mala intención; mi amigo alcanzó a fugarse, pero yo quedé rodeado de aquellos que sin saberlo, estaban siendo instrumentos de las tinieblas.
Fue allí cuando entendí que en algunos instantes no es suficiente con evadir, y lleno de un coraje que claramente no provenía de mí mismo protegí mi espalda con una pared y armado con un bolígrafo los enfrenté en posición de guerra, reprendiéndolos, directamente por sus acciones y declarando que Dios estaba conmigo. Pasó algo inexplicable humanamente hablando, en muy pocos segundos los ladinos huyeron despavoridos en la oscuridad y solo pude ver su sombra. Hoy estoy seguro de que el Espíritu Santo me asistió y que fui rodeado por muchos ángeles del Señor que espantaron las huestes de maldad con el rugido del León de la tribu de Judá.
Hermanos, la confrontación con las tinieblas es inevitable, en muchas ocasiones no nos será suficiente con huir y necesitaremos estar llenos del Espíritu Santo para dar la batalla, envestir en el poder de Dios y con la palabra de verdad a nuestros enemigos espirituales, que han maquinado contra nosotros mal y que han puesto en acción sus planes. Creo fehacientemente que la luz siempre vence las tinieblas, es tiempo de evitar y reprender toda obra del maligno en el nombre de Jesús y aquel lugar que permanecía en tiniebla se aclara, los caminos se iluminan, la duda y la intriga desaparecen tanto en lo natural, como sucedió conmigo en aquella noche oscura universitaria, como sucede en el plano Espiritual. “Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová nuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo” Josué 23:10
Tiempo de hablar con Dios: Amado Padre, hoy te pedimos que nos ayudes a comprender que con el simple deseo de evitar las obras infructuosas de las tinieblas no es suficiente para no continuar padeciendo de ellas, fortalécenos este deseo declarando y reprendiendo acorde a tus asuntos. Permítenos comprender Señor que tenemos tu aval y esa es nuestra victoria, tu obra en nosotros para vida eterna, te lo pedimos Señor, Amén, amén y amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (FJCG)
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