La Lealtad de los Amigos
2 Samuel 9:1-8 NBLA: “Entonces David dijo: «¿Hay todavía alguien que haya quedado de la casa de Saúl, para que yo le muestre bondad por amor a Jonatán?». Y había un siervo de la casa de Saúl que se llamaba Siba, y lo llamaron ante David. Y el rey le dijo: «¿Eres tú Siba?». «Su servidor», respondió él. Y el rey le preguntó: «¿No queda aún alguien de la casa de Saúl a quien yo pueda mostrar la bondad de Dios?». Y Siba respondió al rey: «Aún queda un hijo de Jonatán lisiado de ambos pies». «¿Dónde está él?», le preguntó el rey. Y Siba respondió al rey: «Está en casa de Maquir, hijo de Amiel, en Lodebar». Entonces el rey David mandó traerlo de la casa de Maquir, hijo de Amiel, de Lodebar. Y Mefiboset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, vino a David, y cayendo sobre su rostro, se postró. Y David dijo: «Mefiboset». «Su siervo», respondió él. David le dijo: «No temas, porque ciertamente te mostraré bondad por amor a tu padre Jonatán, y te devolveré toda la tierra de tu abuelo Saúl; y tú comerás siempre a mi mesa». Él se postró de nuevo, y dijo: «¿Quién es su siervo, para que tome en cuenta a un perro muerto como yo?».
 
En el libro de Samuel vemos plasmada una historia de amistad, basada en el amor de Dios, la lealtad, la hermandad y fidelidad; esta historia es la de David y Jonatán. 1 Samuel 18:21 nos dice “Y aconteció que cuando David acabó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada al alma de David, y Jonatán lo amó como a sí mismo.” Saúl era el padre de Jonatán e intentaba matar a David. Sin embargo, David y Jonatán se unieron en ese mismo momento, diciendo: «Yo te cubro la espalda, tú me cubres la espalda y voy a sacrificarme por ti. Voy a poner las necesidades de otra persona por encima de las mías y de mi propio bienestar». En 1 Samuel 20, Jonatán protege a David de Saúl. Ellos tratan de idear un plan para evitar que Saúl mate a David y Jonatán tiene que irse; pero antes de irse, hacen un compromiso en nombre del Señor, poniéndole como testigo de que serán leales el uno al otro en lo que dijeron que harían. Es como si dijeran: «Hay un testigo entre nosotros. Yo voy a ser leal contigo y tú vas a ser leal conmigo».

Hay muchos atributos importantes en toda amistad que honran a Dios; uno de ellos es el sacrificio. Si nos fijamos en la amistad de David y Jonatán, podemos ver un aspecto de sacrificio. Ellos hicieron un pacto juntos en el que se comprometieron a cuidar de las necesidades e intereses del otro. Hay algo que nos une al pasar por una prueba junto a otras personas; David y Jonathan pasaron juntos por una prueba. Cuando Jonatán le dio a David su ropa y su atuendo militar, estaba reconociendo que David sería un día el rey de Israel, no tenía envidia ni celos. Se sometió a la voluntad de Dios y sacrificó su propio derecho al trono.
 
Aún después de que Jonatán fallece, David en nombre de la lealtad y el amor que tenía por su amigo, decide darle honra a su descendencia. Más adelante en 2 Samuel 9:7, leemos lo siguiente: «¡No tengas miedo! —le dijo David—, mi intención es mostrarte mi bondad por lo que le prometí a tu padre, Jonatán. Te daré todas las propiedades que pertenecían a tu abuelo Saúl, y comerás aquí conmigo, a la mesa del rey».  Este era David hablando con Mefiboset, el hijo de Jonatán. Estaba siendo amable con el hijo de su leal, sacrificado y alentador amigo Jonatán. La bondad es otro de los atributos de la amistad. Es realmente importante y necesaria en las amistades buenas y piadosas. 
 
Mefiboset se había lesionado los pies; era un lisiado. David se apiadó de él y le sentó a la mesa del rey. Espiritualmente hablando, todos estamos heridos y lisiados; todos hemos caído y nos hemos herido por el pecado, pero Jesús con su bondad nos lleva al arrepentimiento. Él se sacrificó por nosotros, es leal, nos anima y nos muestra su bondad. Cuando estamos motivados por el amor, el sacrificio es natural. Jesucristo no sólo enseñó esto, sino que lo modeló, pagó el máximo sacrificio muriendo por nosotros en la cruz. Dios utiliza las amistades en nuestra vida, especialmente si son en Cristo. Por eso es importante formar parte de una iglesia, participar en la comunión o en los grupos pequeños: estos construyen amistades.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (LG)
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