“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6 RVR1960)
La Biblia nos dice que por nada debemos estar afanosos, la ansiedad nos parte justo por la mitad, en vez de quitar los problemas de mañana, nos priva de las fuerzas del hoy. La raíz de la ansiedad nos lleva a tantos otros pecados, uno de ellos la incredulidad, porque cuando no entendemos verdaderamente las preciosas y grandes promesas de Dios, es cuando llegamos a caer. Lo primero que debemos hacer cuando nos sentimos así, es pedirle ayuda al Espíritu Santo, escribir y poner delante de nosotros las promesas recibidas y pelear la buena batalla de la fe en oración, para vivir conforme a la voluntad de Dios y su gracia venidera.
La Palabra de Dios es inmutable y permanece intacta ante las circunstancias y los tiempos cambiantes. De modo que, como creyentes, debemos tomar este mandato seriamente y con mucha responsabilidad, porque uno de los principios al estudiar la Biblia, es que nunca debemos interpretar un versículo bajo nuestros pensamientos o formas y aceptarlo por conveniencia, porque siempre debe estar en nuestra vida presente que Dios es fiel y que sus promesas se cumplen, porque así lo dice su palabra, cuando verdaderamente analizamos esto a profundidad, podemos pensar que primeramente debemos cumplir una condición y es el buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia.
Sin duda en la vida cristiana vamos a experimentar dificultadas y desafíos, nuestro caminar en este mundo con seguridad traerá una buena dosis de dificultades a nosotros. Nuestro Señor Jesucristo nos dijo esto en Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Estas cosas vendrán a nosotros para querer traer preocupación, angustia e inquietud a nuestro ser, si lo permitimos de seguro caeremos en un estado de desánimo y el enemigo lograra robarnos de nuestra paz y seguridad en Dios. Por eso debemos dejar atrás todas nuestras preocupaciones y avanzar sólo en la Fe. Mientras seamos fieles a todo lo que Dios pone en nuestros corazones, Él será fiel y tendrá cuidado de nosotros, tanto ahora como en la eternidad. Por eso te invito a leer de su Palabra, a Orar y hacer su voluntad a pesar de que no entendamos cada paso; así es como llegamos verdaderamente a tener un encuentro genuino con él en su presencia.
Amados, no debemos preocuparnos por aquellas cosas que Dios promete suplir, porque la preocupación puede dañar nuestra salud, la angustia puede consumir nuestros pensamientos, disminuir nuestra productividad, afectar de forma negativa el trato con los otros y poder llegar a reducir nuestra capacidad de confiar únicamente en Dios y no llegar a confiar más en el Hombre.
Tiempo de Hablar con Dios: Señor, no nos permitas caer en ansiedad y angustia, ni en las preocupaciones distractoras y desconfiadas, ni por las cosas de esta vida, ni por nuestro futuro. Afianza por favor nuestra confianza en ti, porque tú sabes de qué tenemos necesidad y siempre las suplirás en el momento preciso. Tú eres nuestra compañía en cada paso que damos mi Jesús. ¡Amén!
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (JCRR)
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