La Oración Restaura la Amistad
Job 42:10 NBLA: “Y el Señor restauró el bienestar de Job cuando este oró por sus amigos; y el Señor aumentó al doble todo lo que Job había poseído.”

Job era un hombre muy rico, con 7 hijos y 3 hijas, numerosos amigos y criados. Vivía en «la tierra de Uz» y era conocido como la persona más fiel a Jehová en toda la Tierra. Satanás se presentó ante Dios argumentando que el amor que Job le profesaba era por causa de sus bendiciones y no porque realmente lo amaba; pero el Señor quería mostrar que para aquel que es verdaderamente justo, el poder de Satanás no puede dañar su corazón y le dijo: “mira a Job. Ve lo fiel que me es.”
 
La biblia nos narra que Satanás arrasó con todo lo que tenía Job, incluyendo su salud, no quedó absolutamente nada, ni siquiera sus hijos, pero dejó a su esposa para decirle: “maldice a Dios y muere.”; sin embargo, Job se mantuvo fiel. Tenía también tres amigos, quienes en su calamidad se acercaron a él y con la intención de consolarlo: “Cuando tres amigos de Job, Elifaz, el temanita, Bildad, el suhita y Zofar, el naamatita, oyeron de todo este mal que había venido sobre él, vinieron cada uno de su lugar, pues se habían puesto de acuerdo para ir juntos a condolerse de él y a consolarlo.” (Job 2:11 NBLA)
 
Durante 7 días junto a Job, sus amigos no dijeron palabra alguna, veían que el dolor de su amigo era tan grande que no podían consolarlo. Cuando empiezan a hablar, reconocen la amistad de Job como un aliciente en sus vidas, le dicen que levantó a muchos de sus aflicciones; sin embargo, empiezan a juzgarlo diciendo que lo que le estaba sucediendo era porque realmente no era bueno y justo ante los ojos de Dios, sino que en su corazón guardaba impiedad.
 
En parte, puedo entender algo de lo que sintió Job frente a las palabras de sus amigos en medio de un tiempo de calamidad; cuando miro mi vida y recuerdo que muchas veces he estado en una difícil situación, me he sentido sola y sin entender lo que pasa, recibiendo de mis amigos críticas y enojo, o viceversa han sido mis amigos quienes me han buscado en medio de la aflicción y yo los he juzgado apresuradamente en mi corazón, sin entender lo que Dios pueda estar haciendo. 
 
En 1 Tesalonicenses 5:10-11NTV, el apóstol Pablo nos invita a edificarnos unos a otros por medio de Jesucristo: “Cristo murió por nosotros para que —estemos vivos o muertos cuando regrese— podamos vivir con él para siempre. Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen.”
 
Al final de la historia de Job, luego de haber sido el blanco de las críticas de sus amigos, Dios que siempre es Fiel restaura a Job, y en su restauración incluye los lazos de amistad. Es tal la sanidad y el entendimiento del amor de Dios para con él, que Job tiene la capacidad de bendecir a aquellos que lo amaban, pero no entendían por qué estaba siendo probado. La palabra se encarga de hacer hincapié en este detalle: “el Señor restauró el bienestar de Job cuando este oró por sus amigos”.
 
Esta historia me enseña lo importante que eso orar por los amigos para restauración, porque desde un corazón que ha sido sanado por Dios es posible perdonar las fallas de otros, aún si han llegado a juzgarnos. Dios convierte los corazones de piedra en corazones de carne sensibles a su palabra. Mi misión es orar porque fluya perdón y amor sincero entre mis amistades, para que aquellos que no creen reciban a Cristo en su corazón y sean salvos por medio de la fe; por aquellos que ya son hijos de Dios, para que el amor por Jesucristo crezca cada vez más en sus corazones recibiendo la libertad y la sanidad de aquel que nos amó primero y porque en medio de toda circunstancia difícil, podamos como amigos interceder por el otro, acompañarle sin juzgar y buscar el propósito de Dios para restaurarle.
 
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (LG) 
 

Leave a Reply

Your email address will not be published.