Nehemías 8:1-11 RVR1960 “1 y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. 2 Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. 3 Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. 4 Y el escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. 5 Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento. 6 Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra. 7 Y los levitas Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar. 8 Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura. Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley. 10 Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. 11 Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os entristezcáis.”
El presente pasaje, extraído del particular libro de Nehemías, nos narra un momento sublime en la historia del pueblo de Dios, evento que evidencia el rol restaurador de la palabra de Dios. El autor del libro había recibido el llamado de reedificar la ciudad de Jerusalén, pero este líder entendía claramente que para ello primero debía ser restaurado el espíritu del pueblo.
Es inspirador leer como todo el pueblo, (mujeres, hombres, niños y ancianos) como un solo hombre le pidió al Sacerdote Esdras que trajese el libro de la Ley delante de ellos, y el lugar escogido fue la Plazoleta de las aguas al interior de la ciudad de Jerusalén, claramente, simbolizando que todos habrían de tomar de la verdad, del único Dios verdadero y con ello su tristeza por el largo tiempo de cautiverio se convertiría en gozo.
Iglesia, jamás debemos subestimar la relación profunda que hay entre la Palabra de Dios y el gozo que ésta imprime en nuestro carácter y hábitos; una vida rica en la palabra estará cimentada bajo la roca y no habrá tristeza que la derrumbe, no en vano nos afirma el Espíritu Santo que el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
También es impactante que la Biblia resalte puntualmente que Esdras leyó la palabra de Dios desde el alba hasta el mediodía, un periodo aproximado de 6 horas, “y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley”, así mismo nos reitera en el versículo 5 que “todo el pueblo estuvo atento”, haciendo notar que se trató de un mover especial del Espíritu de Dios en aquel día, más cuando en la actualidad las predicas tienden a ser cada vez más cortas y concisas bajo el argumento de que los tiempos de atención del ser humano no deben exceder de 45 minutos, sin embargo, cuando el poder de Dios se manifiesta no hay limitaciones; algo grande sucedería y seria producto del avivamiento que solo puede traer la ley de Dios, puesto que el pueblo agradeció a Dios (al decir Amén cuando Esdras bendijo al Señor), Orón (al levantar sus manos) y adoró (al inclinarse delante de Él), saliendo del pecado del pesimismo, la queja y el desánimo.
Finalmente, atención total por horas cuando mantener la atención de una congregación se torna difícil después de los 45 minutos, pero lo más hermoso de todo era la alegría, el gozo que impregna esta Palabra y no temporal más si duradero.
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio FJCG
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