La Paz Perfecta
Filipenses 4:6 RVR1960: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”  
 
Vivir en santidad armoniza con vivir en paz; una buena relación con Dios conduce a una buena relación con los demás. Jesús nos ofrece una paz que el mundo no nos puede ofrecer, esa Paz es interior y nos permite estar tranquilos a pesar de las dificultades y los problemas a los que nos enfrentamos cada día. Muchas veces he pasado mi vida queriendo el cambio de la ansiedad por la paz en diferentes situaciones que se me han presentado a lo largo de mi caminar con Dios. La paz es una de las cosas más valiosas que podamos tener, pero si la queremos debemos BUSCARLA y SEGUIRLA.
 
No debemos preocuparnos por aquellas cosas que Dios ha prometido suplir, porque la preocupación puede dañar nuestra salud, la angustia puede consumir nuestros pensamientos y disminuir nuestra productividad, afectar de forma negativa el trato con los otros y poder llegar a reducir nuestra capacidad de confiar únicamente en Él y no llegar a confiar más en el hombre.
 
Cuando viví el proceso de tres años de desempleo a nivel laboral, fue una situación tan dura la cual me llevó a vivir por mucho tiempo en ansiedad, en angustia, en preocupación, en desconfianza y a tal punto de no creer en lo que el Señor había hablado sobre mi provisión y de donde vendría. El buscar el rostro de Dios, pasar mis tiempos con él, entrar en su presencia y postrarme ante él, me enseñó a encontrar la verdadera Paz que necesitaba para vivir ese desierto de la manera que él quería que lo viviera. En ese tiempo empecé con el Servicio en la Iglesia Casa de Refugio, la construcción del ministerio, el aferrarme a su fidelidad a pesar de no tener deseos, la perseverancia de seguir honrando y alabando su precioso Nombre.  
 
Dios hizo milagros en mi vida, restauró mi corazón y la confianza que solo en Él podría tener, por eso hoy le doy tantas gracias de haberme sacado de esa cárcel, la cual me llevó a cometer errores y a poner los ojos en donde no debía haberlos colocado.
 
Señor tu eres la fuente de paz que necesitamos, ese don divino que es el fruto de tu Espíritu y que queremos experimentar para tener sanidad y bienestar en todos los aspectos de nuestra vida. Ayúdanos a vivir en Paz en este mundo, inúndanos con la Paz que sobrepasa todo entendimiento y mantén nuestros pensamientos y corazones en quietud, para poder extender nuestra mano y levantar a otros cuando más lo necesiten.
 
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (JR)

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