La Paz que trae el Espíritu Santo
Isaías 54:13 RVR1960: «Todos tus hijos serán enseñados por el Señor, y se multiplicará la paz de tus hijos”.
 
Hoy me detengo a reflexionar sobre la importancia de guiar a los niños hacia una vida espiritual profunda, basada en la comunión con el Espíritu Santo. Como padres, maestros o guías, tenemos el hermoso privilegio de enseñarles que una vida entregada a Dios no solo los acerca a Su amor, sino que les trae una paz que el mundo no puede ofrecerles.

El Señor nos promete que nuestros hijos serán enseñados por Él. Esto nos llena de esperanza, porque sabemos que cuando entregamos nuestro fruto a su autoridad y confiamos en Su guía, el Espíritu Santo trabaja en sus corazones desde una edad temprana; les enseña a discernir el bien del mal, a caminar en amor y obediencia, y a vivir una vida llena de propósito.

A medida que enseñamos a los niños a depender del Espíritu Santo, les mostramos que no deben temer. El miedo desaparece cuando saben que Dios tiene un plan para sus vidas y que, si confían en Él, todo lo que hagan será usado para bien. Podemos recordarles que, aunque enfrenten desafíos, nunca estarán solos. Dios mismo los guiará y cuidará, y esto les traerá una paz y un gozo que el mundo no les puede arrebatar.

Es mi deber con amor y paciencia, mostrar a las nuevas generaciones que vivir en el Espíritu Santo les da el valor para enfrentar la vida sin temor. La paz y el gozo que surgen de esa relación les permitirán caminar con confianza, sabiendo que sus vidas están en las manos de un Dios bueno y fiel.

Oro para que el corazón de las nuevas generaciones sea sensible a la enseñanza del Señor, que el Espíritu Santo les llene de sabiduría y que en cada paso que den, experimenten la paz y el gozo que solo Dios puede dar.

Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (PG)

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