Isaías 53:5 RVR1960: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
El alma es el lugar donde se encuentran las emociones, los sentimientos, la voluntad y la mente. Cuando tenemos una herida en el cuerpo y no se le da oportuno manejo, esta puede infectarse o causar dolor, produciendo estados febriles que afectan todo el cuerpo. Así mismo ocurre cuando no le damos tratamiento oportuno y rápido a las heridas del alma, nos pueden llegar a causar enfermedades tanto mentales, emocionales, como físicas.
Jesús nos dio un espíritu con el fin que sea posible comunicarnos con ÉL, para ser capacitados y poder discernir las cosas del Espíritu, al convertirnos a Cristo, nuestro Salvador, el Espíritu de Dios entra y mora en el cristiano así, “Pero el que se une al SEÑOR, un espíritu es con Él.” (1 Corintios 6:17)
Cuando llegamos a los pies del Señor, siempre lo hacemos sucios y llenos de barro, pero si verdaderamente nos arrepentimos, somos perdonados y comenzamos una vida nueva, como Hijos de DIOS. Es así como luego viene el perfeccionamiento, que no es hecho por nosotros, ni en nuestra fuerza, sino por su Gracia, la gracia que proviene solo de Dios.
Efesios 4:30-31 nos dice: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” En esta escritura podemos darnos cuenta que debemos sanar nuestra alma herida y arrancar la raíz de amargura que cada uno de nosotros puede llevar aun sin darse cuenta.
La sanidad del alma empieza con la Fe en Cristo, porque cuando Él entra a nosotros limpia nuestro corazón, que es el centro de nuestras emociones, voluntad y pensamiento, y de ahí llega la VERDADERA SANIDAD; cuando seguimos sus principios a pesar de la mentira del mundo actual o cuando andamos conforme a sus propósitos y no seguimos nuestros deseos carnales.
¡Iglesia! Pensemos en la cantidad de mentiras que a diario le creemos a Satanás, es por esto por lo que debemos estar firmes y recordar quién pagó por nuestros pecados en la Cruz y que solo en Cristo tenemos una verdadera sanidad del alma, trayendo el perdón a nuestro corazón.
Las mentiras confunden nuestra mente, esclavizan nuestra voluntad y perturban nuestras emociones, llevando también a enfermar nuestro cuerpo. Estas enseñanzas de mentira nos desvían de la paz, el gozo y la esperanza que sólo da Dios y su Palabra. Por eso una creencia correcta nos lleva a una vida correcta y esto es lo que nos enseña la Biblia, a que cambiemos nuestra forma de pensar y a no pensar conforme piensa el mundo, sino que seamos dirigidos por los principios de Dios, para que experimentemos en realidad su voluntad que es buena, agradable y perfecta. Nuestro Padre solo quiere el bien para sus hijos, no nuestro mal, por eso los planes que tiene, son para darnos un futuro lleno de bendiciones y de paz eterna. Jeremías 29:11 nos dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros un porvenir y una esperanza.”
Tiempo de Hablar con Dios: ¡Padre Amado! Tú conoces las intenciones mi corazón, sabes que somos oprimidos por aquellos espíritus rebeldes que nos incitan al pecado y que nos hacen estar lejos de ti. Señor, yo he pecado por mi propio deseo y te confieso mi culpa, por favor borra las huellas de mi pecado, te Clamo por una perfecta y total liberación en el Santo Nombre de Jesús. ¡AMÉN!
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (JCRR)
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