Mateo 7:1-5 RV1960: “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.
Los ladrillos son fabricados para que en conjunto con otros ladrillos sirvan para construir muros, columnas, paredes, y en general levantar edificaciones de todo tipo, durante toda la historia han sido elementos realmente útiles para brindar vivienda, protección, refugio, y definitivamente son de gran ayuda para nuestras vidas.
Sin embargo, muchas veces también son usados en algunos escenarios para destruir, por ejemplo cuando son lanzados con violencia para dañar, incluso para atentar contra la vida de otras personas.
Nosotros fuimos creados por Dios con un claro propósito de caminar en amor, en donde primeramente el amor a Dios nos ayuda para adorarle, y segundo para apreciar la vida de las demás personas y amarlas. Pero así como un buen ladrillo puede ser objeto de utilidad para aportar en la edificación de una construcción, así también puede ser usado para lastimar y destruir, y no es la excepción para nosotros, podemos ser esos buenos ladrillos que en manos de Dios, y en conjunto con otros hermanos, formamos el cuerpo de Cristo, y ayudamos a muchos a salir de sus luchas, vicios, y angustias, o tomar la decisión lamentable de juzgarlos y destruir sus vidas con nuestros juicios. No es nuestro rol, juzgar a la demás, esa es tarea de Dios, ni mucho menos acusarlos, porque esa tarea ya hace mucho tiempo la tomó Satanás, así que no juguemos a ser Dios, ni mucho menos a tomar el papel del enemigo, sino más bien reconozcamos nuestras faltas delante de Dios, que Él se fortalecerá en nuestras debilidades, nos formará en carácter a través del Espíritu Santo y nos hará libres en Jesucristo, y una vez libres y formados, podemos ser su instrumento para ayudar a otros a vencer en sus batallas, y de esta manera aplicaremos el mandato que Jesús nos dejó en Mateo 7:12, donde nos enseña a que hagamos a otros aquellas cosas que queremos que nos hagan a nosotros, siendo dignos embajadores de Cristo en esta tierra y dignos hombres y mujeres que elegimos su camino, aquella puerta estrecha que, aunque angosta, nos lleva al camino de la vida, y de esta manera dejemos un legado de construcción y no de destrucción en esta vida, siendo conocidos como árboles que dan buenos frutos y no cualquier fruto, sino el fruto de Dios a través de nuestra vida.
El ladrillo fue fabricado para construir, y en las manos adecuadas, acompañado de otros ladrillos es útil para edificar, así también nosotros fuimos creados en amor por Dios, para que en sus manos, y acompañados de otras personas, seamos útiles para salvar vidas en rescate de muchos, porque fuimos creados para construir y no para destruir.
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio – JENM
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