Las Manos que nos han Servido
Hechos 20:34-35 PDT: “Ustedes bien saben que yo mismo trabajé para atender mis necesidades y las de los que estaban conmigo. Siempre les mostré que deben trabajar así y ayudar a los débiles. Les recordé esto que dijo el Señor Jesús: “Uno es más afortunado cuando da que cuando recibe

No parece una despedida, pero las palabras de testimonio del trabajo que ejerció como apóstol Pablo, serían las últimas que escucharían los líderes de la iglesia de Éfeso. La encomienda, no es solo a no olvidar el “cómo vivir” según la palabra, sino que el corazón del mensaje tiene una palabra clave: VELAD (v.31 RVR1960), o “tengan cuidado” (PDT), y ¿de qué? De todo aquello que amenaza y destruye nuestra vida en comunidad, esa confraternidad que como familia de Cristo todos debemos guardar.

Aunque el mensaje de Pablo estaba dirigido al cuerpo de líderes de la iglesia, hay una aplicación personal en el fondo que me lleva a mirar más allá de mi ombligo. El testimonio de Pablo me ayuda a valorar el trabajo que otros hacen por mí, y no solo me refiero al pastorado y a aquellos que son visibles, sino también a todos los líderes de equipos, a los servidores, todas aquellas personas que aportan, tiempo, dinero, descanso y esfuerzo, esas cosas que solo Dios ve y que solo él debe saber, pero que no pueden pasar desapercibidas por un corazón agradecido, porque es saludable en medio del cuerpo de Cristo reconocerlas para así cumplir las palabras de Jesús: “Uno es más afortunado cuando da que cuando recibe”.

Entonces mi invitación es en primer lugar a no ignorar y valorar el trabajo de otros, aún por pequeño o insignificante que parezca; en segundo lugar, guardar nuestra confraternidad evitando la críticas y no siempre esperando que todo nos sea dado, sino también viviendo el privilegio y el gozo de dar.

Si lo pensamos, ¡es tan sencillo ser afortunados! Hay muchas formas de dar, de reconocer, no con el ánimo de ser de labios lisonjeros y llenar de alabanzas públicas incómodas a otro, sino de dar ánimo al cansado, de dar una vitamina al alma que quizás espera una voz de aliento.

¿Qué tal si antes de terminar la semana tenemos una palabra o un detalle en el secreto con aquellos que nos sirven?

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (KM)

Leave a Reply

Your email address will not be published.