Leche Espiritual
1 Pedro 2: 1-2 NTV: “Por lo tanto, desháganse de toda mala conducta. Acaben con todo engaño, hipocresía, celos y toda clase de comentarios hirientes. Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo.”
 
El crecimiento espiritual es el proceso de llegar a ser más maduro en la relación con Jesucristo. Alguien que está creciendo espiritualmente se volverá más y más como él. El crecimiento espiritual comienza en el momento en que una persona llega a la fe en Cristo; cada uno de nosotros necesitamos darnos la oportunidad de volver a comenzar de nuevo en algunas áreas de nuestra vida, quizá ver una resurrección en nuestros sueños, en nuestras metas y en los objetivos que un día nos pusimos y que por una u otra razón hoy están dormidos.

En el pasaje de hoy Pablo nos da entender que en el caminar del Señor debemos anhelar crecer más sin detenernos, sino que debemos querer más del conocimiento de Cristo y eso requiere de cambios. El enemigo ha estado trabajando durante todo este tiempo, para que muchos de nosotros caigamos en desánimo y desesperación, buscando robar nuestro enfoque a través de la distracción, pero este no es solo el tiempo en el que el Señor está produciendo una manifestación muy significativa de las promesas que Él ha hablado, sino que también está posicionando a su pueblo en un nuevo despertar, para movernos hacia su destino como nunca y de manera diferente.

Es la voluntad de Dios que crezcamos para ser más como Jesús; tenemos la promesa de que el Señor mismo supervisará nuestro crecimiento y nos llevará a la madurez. “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.” (Filipenses 1:6 NVI)

La oración y la meditación son esenciales para el crecimiento espiritual, ya que proporcionan un espacio de comunicación directa con Dios. A través de la oración expresamos nuestras esperanzas, miedos, gratitudes y peticiones, fortaleciendo nuestra relación con lo divino. Estas prácticas no solo fomentan una mayor conciencia espiritual, sino que también promueven la calma y la claridad mental, elementos cruciales para enfrentar los desafíos diarios.

Nuestro mayor deseo debería ser conectarnos con Dios diariamente y llegar a conocer más profundamente al Espíritu Santo. Es Dios quien trae avivamiento, un despertar nuevo a nuestra vida cuando tenemos un corazón dispuesto, arrepentido y un espíritu con hambre y sed de Él. El avivamiento trae cambios radicales a nuestra vida, donde morimos a lo terrenal y tenemos un aumento en nuestro deseo por Cristo y su Palabra, es cambiar nuestro foco de atención por las cosas del mundo o por nosotros mismos y colocarlo en hacer lo que Dios quiere.
Amados, pidamos a Dios que vuelva a encender la llama de nuestro corazón, que tengamos hambre espiritual que nos lleve a plantarnos en su presencia y a vivir en comunión. Atrévete a creer que Dios te ha ungido especialmente para traer un avivamiento en el lugar donde estas y ofrécele a alguien esta se­mana orar por sus necesidades y cree que la respuesta ya viene en camino.
LAS GRANDES ALMAS CRECEN A TRAVÉS DE LUCHAS, TORMENTAS Y TEMPORADAS DE SUFRIMIENTO.

Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (JRR)

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