Santiago 5: 7-8 RVR95: “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca”.
Retomando nuestra serie, recordemos la estación de lluvia en Palestina. De mayo hasta octubre no hay lluvia, a finales de octubre y principios de noviembre inicia la lluvia temprana, que llega para suavizar la tierra e iniciar el proceso de siembra. En enero es la etapa más lluviosa y fría, hasta puede nevar, poniendo en peligro los cultivos. Luego hacia febrero, la temperatura empieza a subir, el clima se hace más cálido, empieza el proceso de crecimiento de las plantas hasta abril, en mayo se detiene la lluvia y se necesita esperar la lluvia tardía para ver el fruto al final de la estación. Si no hay lluvia al final de la estación no va a haber fruto.
La lluvia tardía es significante, no por la cantidad de lluvia, sino por el tiempo en que llega; no es mucho, pero viene en el tiempo correcto para dar la cosecha. Así pasa en nuestras vidas, podemos estar en una temporada con Dios y decirle: “Señor, no hay fruto en mi vida, he estado todo este tiempo contigo y no hay nada que mostrar, ¿qué estás haciendo conmigo? Solo espera en Dios, porque la lluvia tardía llegará, para dar fruto y ver lo que Él ha estado haciendo por años en tu vida, el fruto de tu temporada se mostrará.
Esperar en Dios implica confiar y tener fe en que su voluntad para nuestra vida es buena, agradable y perfecta, en que los planes que tiene para nosotros son de bienestar y no de calamidad. Jeremías 29:11LBLA nos dice: “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza”.
Hay tiempo para crecer en Dios, para que cuando el tiempo de la lluvia tardía llegue, estés tan lleno de su presencia, que cuando el fruto se manifieste, podrás habitar en actitud de adoración en su promesa y permanecer fiel a Aquel quien prometió, disfrutando su visitación y agradeciendo la bendición.
Salmos 87:1 RVR1960: “En la calamidad clamaste, y yo te libré; te respondí en lo secreto del trueno; te probé junto a las aguas de Meriba”. Cuando has clamado a Dios por largo tiempo y no ves respuesta, no quiere decir que no la tendrás, quizás ya respondió porque sus promesas son un sí y un amén. Lo que pensamos es un silencio de Dios, puede no significar un NO, sino un ESPERA. Levanta tu clamor, que en su tiempo enviará la lluvia tardía y terminará lo que comenzó en tu vida. Aunque haya momentos de sufrimiento, Dios nos llama a que perseveremos en fe.
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió”. Hebreos 10:23 RVR1960.
Viene un tiempo en donde Dios nos liberará de la cautividad, estando lo suficientemente fortalecidos en él para conquistar la tierra que nos ha sido prometida. La cosecha ha dado fruto y Dios cumplirá su propósito en ti, porque has permanecido en fe en medio del sufrimiento. Santiago 1:2 RVR 1960: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (LG)
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