Lo profundo del Alma

Lo profundo del Alma

Dálet “Abatida hasta el polvo está mi alma; vivifícame según tu palabra. Te he manifestado mis caminos, y me has respondido; enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra. Aparta de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia concédeme tu ley. Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí. Me he apegado a tus testimonios; oh Jehová, no me avergüences. Por el camino de tus mandamientos correré, cuando ensanches mi corazón.” (Salmos 119:25-32 RVR60)

Siguiendo con el cuarto conjunto de 8 versículos de este capítulo, en esta porción es claro cómo el salmista tiene la certeza del poder sanador y restaurador de la Palabra de Dios, él de forma sincera le ora a Dios por su naturaleza pecaminosa, reconociendo que tiene un alma que se abate, que se llena de ansiedad, que se inclina por el camino de la mentira, que siente temor de ser avergonzado. Sin embargo, para cada uno de estos males Jehová nos trae un remedio:

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12 RVR60).

En otras versiones dice: “penetra hasta lo más profundo del alma” (NVI)… hasta lo más profundo del alma. Es decir, no es una curita para una raspadura, es restauración total del tejido. No es unir la pieza quebrada, es hacerla de nuevo. La palabra de Dios promete traer restauración total y profunda a las almas abatidas y llenas de ansiedad. Nuestro Creador hoy nos quiere recordar que en Su palabra conoceremos sus intenciones con nosotros, todo aquel que se siente abatido sepa que encontrará en la palabra vida, enseñanza, sustento y fortaleza.

¿Estás dispuesto hoy a conocer el alcance de su poder de restauración en tu alma? Trae tus peticiones más sinceras al Señor, recuerda que el mismo poder que levantó a Cristo de los muertos es el que obrará en nosotros para venir a nuestras almas y llenarlas de VIDA.

El estar alejado de su Palabra nos seca, nos enfría y nos llena de temor y amargura, pero cuando volvemos a su regazo, a la cercanía con Él, su misericordia y gracia perdonan nuestra transgresión.

Dios del Cielo, restaura lo más profundo de nuestra alma, trae tu Palabra a nuestra vida diaria y a través de ella enséñanos tus estatutos, permítenos escoger el camino de la verdad, ¡llévate el abatimiento, la vergüenza y la ansiedad! Casa de Refugio cree en tu poder.

MALS – Casa de Refugio

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