Lobos Vestidos de Ovejas
Mateo 7:15-19 RVR 1960 “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.  Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?  Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.  Así que, por sus frutos los conoceréis”
 
 Cuando estaba niña, en mi escuela primaria hacían especial énfasis en la importancia de la lectura y entre muchos de los ejercicios de comprensión de lectura era infaltable el análisis de las fábulas. Las fábulas de Esopo son un infaltable en los inicios de los buenos hábitos de lectura ya que son cortas, entretenidas y traen una valiosa enseñanza.
 
Fueron muchas fabulas las que leí, me fascinaban y una muy famosa era la del lobo que se disfraza de oveja. Esta cuenta la historia de un lobo hambriento que decide disfrazarse de oveja para confundirse entre en rebaño y poder comerse alguna de ellas, con lo que no contaba el lobo, era que, al atardecer, el pastor del rebaño encerraría a todas las ovejas para tomar una de ellas como alimento, con la suerte que tomo al lobo disfrazado, lo sacrificó y se lo comió.
 
Hoy en día vivimos rodeados de personas que se autoproclaman seres de luz. Tantas ideologías cargadas de doctrinas espirituales erradas han pretendido destruir el concepto del hombre hecho a imagen y semejanza de Dios. ¡Ahora todos son dioses! la adoración al yo y super yo ha convencido a la humanidad que somos y podemos todo lo que creamos, la auto idolatría es el pan de cada día y uno de los peligros de estas nuevas y falsas doctrinas son precisamente que se creen realmente buenos, o como diría una gran amiga, se creen más buenos que Dios, escondiendo aún de ellos mismos el deseo profundo de su corazón engañoso. Tristemente la iglesia de Cristo no se escapa de ese fenómeno.
 
Si bien el pasaje de esta reflexión está en el Nuevo Testamento, este es un tema complejo que se menciona en reiteradas ocasiones en el Antiguo Testamento. Cuando se habla de falsos profetas, se refiere a aquellos que ejercían su función profética de forma ilegítima con el propósito de engañar, que, en lugar de hablar la Palabra del Señor, entregan mensajes que se originan en sus propios corazones y mentes.
 
Este cuento de que todo lo puedes, todo esta en tu mente, si lo crees lo creas, se lo que quieras ser, etcétera, no es nuevo. En una ideología que tiene siglos intentando anclarse en el corazón del incrédulo o débil en la fe y que en este tiempo ha encontrado el terreno perfecto para expandirse, por eso es necesario conocer las escrituras y estar apercibidos de todo lo que pasa a nuestro alrededor. Este apercibimiento es lo que nos hará capaces de discernir si la persona que tenemos al lado tiene buenas intensiones o no, si el pastor o el predicador que estoy escuchando esta ceñido a las escrituras o no, si mis lugares de congregación están contaminados o no, si la doctrina que estoy recibiendo es buena o no.
 
Las profecías se están cumpliendo. Los verdaderos profetas están motivados por la lealtad a Dios por encima de todo, mientras que los falsos profetas están motivados por el interés propio y el deseo de ser populares. Cuando Jeremías anunció la cruda realidad de la desolación de Jerusalén, los falsos profetas prometieron la paz y el pueblo de Judá prefirió los mensajes agradables de los falsos profetas.
 
En la fábula que les conté, el pastor descubre al lobo, lo sacrifica y se lo come. Nuestro pastor es Cristo que, con su muerte en la cruz, expuso al diablo y lo derrotó una vez y para siempre. Solo en Cristo esta nuestra victoria.
 
No nos dejemos engañar. Que el Señor nos haga discernidos en los tiempos y diligentes para hacer lo que corresponde en tiempos de falsos profetas.
 
 Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio. (DS)
#MiMetaEsCompartir

Leave a Reply

Your email address will not be published.