“Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.” Mateo 13:31-32 RVR60
La interesante semilla de Mostaza; el Señor Jesús comparó este grano con el Reino de los Cielos y con la fe, nuestro Salvador consideró importante resaltar que aquella semilla de tamaño insignificante, tenía en su interior el poder de convertirse en la mayor de las hortalizas, un arbusto capaz de ser el hábitat de las aves del cielo.
¿Sabían que cada país del mundo tiene entre sus recetas gastronómicas una donde incluyen mostaza? De hecho, para el año 2019 el consumo de mostaza por persona en el mundo alcanzó los 2.71 kilogramos equivalentes a 1.350.000 granos por persona, que si multiplicamos esa cantidad por el número de habitantes de la tierra requerimos ese año un poco más de 10 mil billones de semillas de mostaza para abastecer su global demanda, un (1) con dieciséis ceros a la derecha, una cantidad desorbitante que habla de la relevancia de esta semilla que entre otras cosas fue capaz de admirar al mismo Jesucristo.
Aclaremos que la trascendencia primordial de esta semilla consiste en su incomparable capacidad de germinación, dado que cerca de la totalidad de las semillas que se siembran, nacen. Así mismo, su utilidad es impresionantemente extensa, es una especia con características farmacéuticas, aromáticas, preservantes, terapéuticas y hasta sus hojas se consumen; por lo tanto, nos habla de multiplicación y beneficio.
Iglesia, la idea fundamental es que el reino (de los cielos) sembrado por Jesús en el campo del mundo tiene un comienzo minúsculo, aparentemente insignificante: unas pocas personas, quizá poco influyentes, sin cultura; pero un día llegará a ser inmenso; se refiere primeramente al entendimiento que debemos tener de la obra evangelistica, de la necesidad de sembrar en los corazones la buena semilla de la palabra de Dios y tener confianza en que ésta dará fruto en abundancia y ese oidor se convertirá en hacedor, viniendo a ser un árbol frondoso, pues según el Salmo 1:3 cada creyente será “como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”.
Así mismo, el cristiano debe tener como bendición los pequeños comienzos, cada uno de los aspectos de nuestra vida están llamados a ser prosperados de manera extravagante, sin embargo, este modus operandi se repite una y otra vez, Mateo 25:23 “Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”, nuestro Padre Celestial ama los pequeños comienzos. Iglesia, no tengas en poco lo que Dios ha puesto en tus manos, sea en el área espiritual, ministerial, emocional, familiar, laboral, profesional etc, recuerda que es como una semilla de mostaza, tiene una capacidad de multiplicación incomparable en la voluntad de Dios, y si con fidelidad la sembramos veremos lo mucho en el Señor.
Hermanos, si en el plano terrenal existen ejemplos de semillas que alimentan a los millones como la del grano de mostaza ¿se pueden imaginar cómo será si plantamos la semilla de la Palabra de Dios en nuestros corazones y en el de todos los que están a nuestro alrededor? Recordemos: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. 2 Corintios 9:6
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio (FJCG) 2022
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