Habacuc 2:4 RVR1960: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”. Romanos 1:17 RVR1960: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.
En estos pasajes vemos que la fe es grandiosa, porque no sólo nos da el acceso a la salvación, sino que también se constituye en el galardón más grande que podemos tener, porque como sabemos, la salvación es un regalo dado por Dios, por su maravillosa gracia, y la fe actúa como ese par de brazos necesarios para abrazar tan preciado galardón.
Sin embargo, la fe también es clave para formar el carácter de Dios en nosotros, y en estos pasajes vemos dos características que hacen parte del carácter que El Señor quiere formar en nosotros.
El primero de ellos es que la fe produce en nosotros humildad (Habacuc 2:4), porque quien tiene fe en El Señor ha depositado su confianza en El Padre, y será agradecido, reconociendo que los logros fueron conseguidos no por su autosuficiencia sino por cómo El Señor obró.
El apóstol Pablo, un varón de Dios, ejemplar misionero, pastor, maestro de la palabra, profeta, evangelista, usado por Dios haciendo milagros, quien además escribió gran parte del Nuevo Testamento, y aun así él reconoció que por la gracia de Dios él era quien era, que efectivamente se había esforzado, pero no fueron sus esfuerzos los que le dieron el valor para llegar a ser quien fue, sino la gracia de Dios en él (1 Corintios 15:10). A través de su ejemplo podemos aprender que entre más El Señor nos promueva, más humildes debemos ser.
El segundo aspecto que vemos es que la fe nos revela la justicia de Dios, es decir, que solamente por fe somos justificados, declarados justos delante de Dios. Aquí vemos cómo esa justificación se nos revela, nos es dada por fe. De igual manera, el hecho de saber que somos justificados solo por fe, hace que ésta se fortalezca, es por eso que la justicia de Dios es revelada por fe, y también para fe.
El justo vive por la fe, y a raíz de eso su fe crece y vive con la seguridad de salvación, con la certeza de que su fe en Aquel que lo salvó lo ha redimido del poder del pecado. Gracias a la fe somos humildes y tenemos seguridad de salvación, dos pilares que se forman en nuestro carácter gracias a la fe que El Señor nos ha dado.
Devocionales Refúgiate en su palabra, Casa de Refugio – JENM
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