Gálatas 3:11 RVR1960: “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá”.
Hebreos 10:38 RVR1960: “Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma”.
Como vimos anteriormente, la fe en nuestro Señor Jesucristo es fundamental para formar humildad y el carácter de Dios en nosotros humildad (Habacuc 2:4), y para darnos seguridad de salvación (Romanos 1:17). En los pasajes de hoy podemos ver dos grandes frutos que nos da la fe en Jesús, El Hijo de Dios:
El primero en Gálatas 3:11, podemos ver que somos declarados justos por la fe y nunca por las obras de la ley, la cual tiene la facultad de abrirnos los ojos y mostrarnos qué es malo y qué es bueno, pero por sí sola no nos salva, nos muestra cómo debemos conducirnos, más no nos salvará, porque solamente es posible a través de Jesús, en quien debemos depositar nuestra fe, en el hecho de que murió y resucitó por nuestros pecados, por eso es que el justo vive por la fe, porque esa vida en abundancia que nos prometió Jesús, la vida eterna, solamente es posible a través de la fe. De hecho, somos justificados, es decir, declarados justos delante de Dios, solamente por la fe.
Lucas 18:9-14, en la parábola del fariseo y el recaudador de impuestos o publicano, vemos a un fariseo que se jactaba de sus obras y a un publicano que reconocía sus pecados y la necesidad de un salvador. Él sabía que por sí mismo no se podía salvar, y es por eso que Jesús dijo que aquel recaudador de impuestos fue justificado, mas no el fariseo. La fe en Jesús es la que nos hará justos delante de Dios
El segundo fruto de la fe lo vemos en Hebreos 10:38, donde una fe genuina en Jesús nos ayuda a ser íntegros, puesto que pondremos la mirada en El Señor con la certeza de que en Él tenemos un presente y un futuro mejor que nuestro pasado. Ya no es necesario mirar hacia atrás, somos libres en Jesús, nuestros pensamientos deben estar enfocados en esa nueva vida en él. Podemos soltar los temores y vivir por fe, los yugos son quebrantados y las potestades de maldad fueron todas expuestas en la cruz del calvario para que nosotros fuéramos libres. No hay necesidad de retroceder ni desenterrar el pasado, porque al que El Hijo hace libre, es libre en verdad.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio, (JENM)
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