Más Grande que el Mundo: ¡Mi Victoria en Cristo!
1 Juan 4:1-4 (RVR1960):Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2en esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 4hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”.
En esta época que vivimos estamos expuestos a una gran cantidad de información y enseñanzas espirituales a través de diversos medios: redes sociales, libros, conferencias, internet, sabemos que muchas de ellas han servido para edificarnos y seguir reforzando nuestra fe.  Pero también somo conscientes de que hay otra parte en ese mundo y más en las redes sociales, que cuando estamos en el proceso de aprender y conocer de Dios, nos engañan y confunden.

En días pasados, se hizo viral una noticia sobre un hincha de un equipo de futbol en Colombia a quien se le practicó la eutanasia porque llevaba 5 años sufriendo con una enfermedad que le causaba mucho dolor, sumado a un nuevo diagnóstico de una enfermedad hematoncológica. En los comentarios muchos aprobaban su decisión e incluso nombraban a Dios y cuestionaban cómo permitía tanto sufrimiento.

De esto se trata este capítulo, en el primer versículo, Juan nos advierte la necesidad de discernir «todo espíritu,» refiriéndose a influencias, enseñanzas o mensajes espirituales que las personas pueden recibir o encontrar. Pero además nos brinda una advertencia y una guía: no todo lo que parece espiritual o se presenta como inspirado por Dios realmente lo es. Por eso, nos llama a «probar los espíritus» para ver si son de Dios.

Pero ¿cómo podemos hacer esto? En los versículos subsiguientes encontramos las respuestas. El versículo 2 dice: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios. Esto es fundamental, mi fe no se basa en un Jesús que es solo una buena persona o un maestro, sino en el Hijo de Dios que se hizo Hombre para salvarme, y si en realidad entendemos el significado de la salvación, NADIE podrá confundirme, ni hacer desfallecer mi fe, a pesar de que este atravesando el dolor más fuerte, o la enfermedad mas temida.

Y ¿cuál es la clave para creer y entender esta gran verdad? ¡BUSCÁNDOLO EN LAS ESCRITURAS! La Palabra de Dios es la medida que usamos para probar los espíritus. Sin un conocimiento profundo de la Biblia, corremos el riesgo de ser engañados por falsos profetas y enseñanzas erróneas que se disfrazan de verdad. Recordemos que El Espíritu Santo nos guía a toda verdad, pero debemos estar familiarizados con las Escrituras para reconocer SU voz.

Esta porción de la escritura me ha dejado una poderosa reflexión: ¿estoy dedicando tiempo suficiente para leer y meditar en la palabra de Dios?, ¿aún creo que mi nivel de discernimiento espiritual está lejos de poder blindarme de cualquier intento de confusión que el enemigo apunte en mi contra?, la verdad creo que no. Es por eso por lo que debemos ser intencionales cada día, y tener un espacio así sea corto para discernir los espíritus y no ser engañados en nuestra FE, pero igualmente es crucial discernir las oportunidades que enfrentamos en la vida y entender que “No todo lo que parece una bendición realmente lo es”. Cuando algo no refleja la verdad y los valores de Cristo, no proviene de Dios, aunque parezca atractivo en lo material. Recordemos que mantenernos integros y fieles a Cristo, incluso cuando implica renunciar a un beneficio, es una muestra de que Dios siempre provee, de manera que honra SU nombre y su propósito para nuestra vida.

Señor, dame discernimiento para ver más allá de las apariencias y reconocer lo que verdaderamente viene de Ti. Ayúdame a mantener a Cristo en el centro de mis decisiones y a rechazar cualquier cosa que comprometa mi integridad y mi FE. Confío en que TÚ me guiarás en el camino correcto y me proveerás según Tu voluntad. Amén.

Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio, (KGD)

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