Lucas 5:1 RVR 1690; gracias a este pasaje bíblico que dignifica de manera sublime el trabajo, los creyentes rechazamos la idea de que el trabajo es un castigo como aquella canción popular, El trabajo es en esencia parte fundamental de la vida, es el regalo de Dios que nos permite adquirir disciplina y esfuerzo tras ejercer de manera regular una labor especifica; buena proporción de nuestras vidas la disponemos al trabajo: trabajar nos entretiene, mantiene nuestra mente ocupada, nos brinda salud, alegría, satisfacciones, logros; en resumidas cuentas: el trabajo viene del Padre Celestial y es la oportunidad perfecta de servirle y servir a los demás, pues el Señor Jesús también dijo: “tengo que hacer las obras del que me envío” Juan 9:4 RVR 1960.
Por otra parte, como si fuera poco, el trabajo genera un derecho legal en los cielos y en la tierra: El salario; como lo expresa 1 de Timoteo 5:18 RVR 1960 “El obrero es digno de su salario”, esto quiere decir que antes de la recompensa, remuneración o pago, debe existir un esfuerzo como la matriz de ese fruto. Y es con ese fruto del trabajo que Dios nos hace proveedores, dadores alegres y dignos de confianza al responder como corresponde a cada una de nuestras responsabilidades, pues escrito esta: “Si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe”1 de Timoteo 5:8 RVR 1960.
Es realmente lamentable cuando en una sociedad el trabajo se discierne como una carga, una obligación pesada, desagradable y objeto de tedio, claramente esta mentira llevará a la Nación a la ruina, pues tarde o temprano esa será su recompensa por la falta de trabajo. Podemos afirmar que la ausencia de trabajo o la incorrecta actitud respecto al mismo tendrá su cosecha también; pues es fundamental no solo trabajar sino hacerlo con la motivación y actitud correcta siempre.
Alguien alguna vez contó esta historia:
“Un viajero pasaba por una cantera cuando vio tres hombres trabajando. Preguntó a cada uno de ellos por separado que estaban haciendo, la respuesta del primero fue: “estoy cortando una piedra”, el segundo: “Estoy ganando tres monedas de plata por día” mientras el tercer sonrió y dijo: “Estoy ayudando a construir una casa de Dios”, pues se trataba de la construcción de un templo para el Señor.
Iglesia, aun la actividad más sublime puede ser disminuida ante nuestros ojos si nuestro corazón esta engañado y no percibimos la bendición que es trabajar, la labor que desempeñamos diariamente tiene más trascendencia que llevar a cabo tareas específicas y ganar dinero, tiene un propósito en el Señor Jesucristo, tiene sentido para su pueblo esforzarse y dar testimonio del carácter del Padre Celestial, quien se califica a sí mismo como un trabajador constante, pues si ÉL hasta ahora trabaja, su hijo trabaja, ¿ por qué nosotros no amaríamos hacerlo?.
Gracias le damos a Dios porque nos enseña ser esforzados y valientes, la invitación del día de hoy es a amar la oportunidad que tenemos hoy de llevar a cabo diferentes actividades, tareas y labores que nos dan el derecho a recibir múltiples recompensas celestiales y terrenales, pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey mientras esté trillando» 1 de Corintios 9:9 NVI. Iglesia, mientras trillemos nuestra paga está segura en Cristo Jesús.
Devocionales Refúgiate e su Palabra – Casa de Refugio (FJCG)
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