Micro Sueño

1 Pedro 4:7 RVR1960: “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración”.

Un micro sueño se caracteriza por su corta duración, son pocos segundos en los que el cerebro pareciera desconectarse, pero unos pocos segundos pueden cambiar por completo o inclusive, convertirse en el final de una historia.

Esto me hizo pensar que, en el plano espiritual, también podemos tener micro sueños. Recuerdo que hace varios años, en cuestión de segundos, una reacción que tuve a un correo electrónico en mi trabajo desató un catástrofe en mi vida laboral, a veces todavía me reclamo por no haber esperado unos segundos para respirar profundo en lugar de darle rienda suelta a mi ira por la injusticia que estaba leyendo. Creo que tuve un micro sueño, un momento en el que me desconecté de mi fuente de paz, de Aquel que me ayuda a tener dominio propio. Este es tan solo uno de muchos ejemplos que podría dar donde he tenido micro sueños espirituales que me han llevado a tomar malas decisiones, a herir a personas con mis palabras o reacciones, segundos en los que una respuesta acelerada ha llegado a comprometer, inclusive, la santidad ante el Señor.

Velad es una de las palabras que Jesús usaba, especialmente cuando estaba hablando del final de los tiempos, también es el consejo que constantemente Pablo y Pedro dan en sus cartas a las iglesias, por tanto, es una palabra que siempre debe rondar en nuestra mente.

Uno de los significados de velar tiene que ver con no permitirse dormir en tiempos que están destinados para el sueño, por ejemplo, si vienes de una fuerte jornada laboral lo primero que piensas al llegar el fin de semana es en dedicarle tiempo a tu abandonada cama, esto no sólo es normal sino algo completamente humano y necesario. Sin embargo, cuando pensamos en el ámbito espiritual no existe lo que pensamos es un derecho que tenemos, porque sí, podemos cansarnos, podemos sentirnos agotados, agobiados, afligidos y con ganas de abandonar el barco, pero ahora más que nunca, no es tiempo de parar, ni siquiera para tener un micro sueño porque el mandato es velar, custodiar, vigilar, proteger lo más importante que tenemos, nuestra intimidad con Dios, por eso Pedro nos dice cómo debemos velar, en oración, que es el corazón que bombea sangre a toda nuestra vida espiritual. Así que, no escuches la voz que te dice que te detengas, que esto no tiene sentido, que hay otros caminos que igual hacen el bien y no exigen tanto, cuidado, el poder más eficiente es el que te acaricia para lograr su fin.

Jesús les insistía a sus discípulos en que tenían que velar en oración, un consejo que hoy es para nosotros porque él sabe que este es el arnés que nos sostiene cuando queremos soltar la cuerda, cuando el poder sutil del mundo nos arrulla para que tengamos micro sueños que nos llevan a desviarnos por completo de su propósito. Las palabras que dice Pedro antes de este consejo son claras y contundentes:

En el pasado, han tenido más que suficiente de las cosas perversas que les gusta hacer a los que no tienen a Dios: inmoralidad y pasiones sexuales, parrandas, borracheras, fiestas desenfrenadas y abominable adoración a ídolos. No es de extrañarse que sus amigos de la vieja vida se sorprendan de que ustedes ya no participan en las cosas destructivas y descontroladas que ellos hacen…” (1 Pedro 4:3-4 NTV)

Amados, cuidado, es tiempo de velar, los micro sueños pueden desviarnos del camino o destruir lo que por años hemos construido para hacernos volver atrás.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (KMR)    

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