1 corintios 4:8-9 NTV “Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos, pero no caemos en la desesperación. Somos perseguidos, pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos”
Hermanos; ¿Alguna vez hemos necesitado anteojos? Es divertido cuando nos toca y elegimos un color o marcos bonitos, pero el verdadero propósito de los anteojos no es el vernos bien, si no el que podamos ver bien. De igual manera pasa con la palabra de Dios, que a través de ella podamos ver claramente cuánto necesitamos a Jesús y como él quiere que mostremos su amor a otros.
Cuando miramos Con los lentes de Dios, el mundo se vuelve más bonito y agradable, aun cuando los días están grises y lluviosos, conseguimos ver el color bello y radiante del jardín con flores, escuchamos y vemos los pájaros como entonan melodías; pero cuando es lo contrario de cuando estamos Sin los lentes de Dios, nuestros ojos se prestan a ver cosas desagradables sin entender que son pasajeras y que no son de tal importancia para nuestras vidas.
El apóstol Pablo fue un hombre con una vista espiritual muy grande, la cual permaneció en todo momento con mayor claridad. A pesar de todo lo sucedido que le ocurrió durante la predicación del evangelio, en donde fue azotado, golpeado, apedreado muchas veces, arrestado y encadenado, nunca perdió su Gozo y fue allí en esta circunstancia cuando escribió el libro de Filipenses narrando: “Además, mis amados hermanos, quiero que sepan que todo lo que me ha sucedido en este lugar ha servido para difundir la Buena Noticia. Pues cada persona de aquí incluida toda la guardia del palacio sabe que estoy encadenado por causa de Cristo; y dado que estoy preso, la mayoría de los creyentes de este lugar han aumentado su confianza y anuncian con valentía el mensaje de Dios sin temor” (Filipenses 1:12-14 NTV)
Leer la Biblia nos ayuda a saber cuánto necesitamos a Jesús y a ver lo que él hace en nuestras vidas. Así como necesitamos nuestros lentes, así necesitamos la palabra de Dios para que nos ayude a ver claramente nuestro caminar. Muchos de nosotros nos quejamos, nos molestamos y hasta nos desanímanos cuando nuestros planes se demoran en ser respondidos por Dios, pero cuando llega la calma a nuestra alma, mente y corazón, es porque el Espíritu Santo obra milagrosamente en nosotros y es allí donde nuestros lentes son limpiados, llegando a ver la Soberanía de Jesús en nuestra vida y cambiando en su totalidad nuestra perspectiva.
A veces pasamos mucho tiempo en nuestra vida con una visión borrosa de la realidad, Juzgamos en función de lo que vemos y así mismo opinamos, incluso amamos a través del filtro de nuestro propio lente, sin preguntarnos si realmente va bajo el filtro de Dios. Nuestra visión debe ser renovada y para ello tenemos que acudir a una importante cita con nuestro principal oftalmólogo celestial, nuestro Dios que en su sabiduría perfecciona nuestra visión y nos ayuda a ver con ojos espirituales.
Padre Celestial, perdónanos por favor y ayúdanos a no quejarnos de nuestra circunstancia. Permite que nuestro lente pueda ser cambiado por Ti, para poder mirar nuestra vida por el lente de Tu soberanía; En el Nombre de Jesús, Amén.
2021 año de su Propósito – Casa de Refugio (JCRR)
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