El salmo 6 nos permite comprender un poco más sobre la forma en la que podemos agradar a Dios; exhortándonos a que nos mantengamos en oración continua, como una de las claves para alcanzar su misericordia y bendición.
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta; por muchas veces que me equivoque, siempre tengo la convicción que mi Padre Celestial derrama su gracia y favor sobre mí; por eso No lo dudo en ningún momento, que Dios escucha mis suplicas en todo tiempo.
Cuando me he sentido debilitada, cansada, sin fuerzas y en medio de la aflicción, traigo a mi mente lo que nuestro Señor JESUCRISTO experimentó en la cruz del calvario para librarnos y encuentro una enorme recarga de esperanza; recuerdo lo importante que es colocar la mirada en Jesús, reenfocarme en él, clamándole cada día por superar esos sentimientos que quieren dejarme estancada, que me impiden avanzar y me mantienen dando vueltas en las circunstancias.
Reconozcamos nuestra vulnerabilidad delante de Dios y aprovechemos la situación que estamos pasando para pactar con Dios, convencidos de su favor, expectantes de la manifestación de su misericordia constante, de su socorro para que podamos alabarlo en medio de cualquier situación y en todos los tiempos. Para que testifiquemos que Dios ha escuchado la voz de nuestro ruego, que Dios ha atendido nuestra oración y que nos ha llenado de su inmenso amor.
Cuando estamos en el hoyo más profundo, en la angustia, en lo más fuerte de la enfermedad, cuando nuestra fuerza se ha desvanecido, solo nos queda un recurso, y es la Oración que es fuente de poder y nos enseña a ver Milagros Grandiosos que se presentan en nuestra vida.
Aunque a veces puede ser difícil mantener la fe en tiempos de adversidad, este salmo me enseña que debemos confiar en Dios y pedir su ayuda para superar cualquier dificultad.
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (JR)
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