“Mucho ruido y pocas nueces”, es el nombre de una comedia de William Shakespeare que siempre he disfrutado mucho, es lo que podríamos llamar en la actualidad una comedia romántica para la época y cuenta un pequeño enredo entre amigos, familiares y una pareja de enamorados.
En resumen, había dos jóvenes que querían casarse y es algo tan simple como que están enamorados y deciden hacerlo; pero todos los pareceres y comentarios de los demás lo complica todo. Se preguntarán porque hago un símil cómo este con esta palabra de Hebreos, debo decirles que aquí, guardando las proporciones, pasa algo similar.
El autor desde el verso 1 inicia mostrando una premisa irrefutable acerca de la naturaleza de Jesucristo y del lugar que ocupa en el corazón del creyente: “al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es fiel”. De manera muy sencilla y breve, empieza diciéndonos que Jesús es un apóstol, es decir, un enviado de Dios para llevar su palabra, para abrir caminos y para dar dirección a la iglesia. Luego nos dice que nuestro Salvador es además Sacerdote, una persona con toda la autoridad del Padre y dispuesto a servir a Dios; y luego, nombra una de las características de mi Jesús que amo mucho más en este tiempo, su fidelidad.
Cristo permanece, no cambia; nos ama igual siempre; así estemos bien o no; su palabra sobre nosotros no cambia. ÈL ES INMUTABLE. Pero los Hebreos tenían un serio problema y el autor de esta magnífica carta lo identificó, luchaban con la idolatría a Moisés. Por tal razón, en los versos siguientes hace la comparación entre Jesús y Moisés. Lo define según la palabra, como un siervo digno de honra y fiel, pero jamás comparable con nuestro Señor. Esta aclaración parece obvia, pero en realidad no lo es, para los hebreos EL HOMBRE SALVADO POR LAS AGUAS era una referencia demasiado importante para su fe; como también lo era Abraham.
Pero era tan importante que, en la carta de Judas (1:9) dice que el arcángel Miguel contendía con las tinieblas por el cuerpo de Moisés después de su muerte; porque dejar su cuerpo en medio del pueblo era una tentación para que ellos volvieran a caer en idolatría; por lo que había significado Moisés en sus vidas.
Hermanos, ¿cuáles son las voces, personas, razones y argumentos que están peleando en nosotros contras las verdades irrefutables de Jesús en nuestra vida? Cuando nos dice, Yo estoy contigo, Yo me encargo de tu causa, Yo te hago justicia, Yo te amo, Yo te cumplo, Yo no te fallo, Yo voy a tu lado, Yo te defiendo, entre muchas otras.
Jesús, es la verdad irrefutable de su vida y mi vida, pero lo que aún no hemos callado y dejado de idolatrar no nos permite verlo tal como él es verdaderamente.
Oro para que nuestros ojos estén viendo y creyendo la verdad de quién es Jesús en nuestra vida, y caigan las mentiras que nos alejan de su divinidad, su amor y su justicia. ¡En el nombre de él, Amén!
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (TAS)
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