“Mucho Ruido y Pocas Nueces”
Hebreos 3: 1-19 RVR1960: “Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno este, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo. Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza. Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad”.

“Mucho ruido y pocas nueces”, es el nombre de una comedia de William Shakespeare que siempre he disfrutado mucho, es lo que podríamos llamar en la actualidad una comedia romántica para la época y cuenta un pequeño enredo entre amigos, familiares y una pareja de enamorados.

En resumen, había dos jóvenes que querían casarse y es algo tan simple como que están enamorados y deciden hacerlo; pero todos los pareceres y comentarios de los demás lo complica todo. Se preguntarán porque hago un símil cómo este con esta palabra de Hebreos, debo decirles que aquí, guardando las proporciones, pasa algo similar.

El autor desde el verso 1 inicia mostrando una premisa irrefutable acerca de la naturaleza de Jesucristo y del lugar que ocupa en el corazón del creyente: “al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es fiel”. De manera muy sencilla y breve, empieza diciéndonos que Jesús es un apóstol, es decir, un enviado de Dios para llevar su palabra, para abrir caminos y para dar dirección a la iglesia. Luego nos dice que nuestro Salvador es además Sacerdote, una persona con toda la autoridad del Padre y dispuesto a servir a Dios; y luego, nombra una de las características de mi Jesús que amo mucho más en este tiempo, su fidelidad.

Cristo permanece, no cambia; nos ama igual siempre; así estemos bien o no; su palabra sobre nosotros no cambia. ÈL ES INMUTABLE. Pero los Hebreos tenían un serio problema y el autor de esta magnífica carta lo identificó, luchaban con la idolatría a Moisés. Por tal razón, en los versos siguientes hace la comparación entre Jesús y Moisés. Lo define según la palabra, como un siervo digno de honra y fiel, pero jamás comparable con nuestro Señor. Esta aclaración parece obvia, pero en realidad no lo es, para los hebreos EL HOMBRE SALVADO POR LAS AGUAS era una referencia demasiado importante para su fe; como también lo era Abraham.

Pero era tan importante que, en la carta de Judas (1:9) dice que el arcángel Miguel contendía con las tinieblas por el cuerpo de Moisés después de su muerte; porque dejar su cuerpo en medio del pueblo era una tentación para que ellos volvieran a caer en idolatría; por lo que había significado Moisés en sus vidas.

Hermanos, ¿cuáles son las voces, personas, razones y argumentos que están peleando en nosotros contras las verdades irrefutables de Jesús en nuestra vida? Cuando nos dice, Yo estoy contigo, Yo me encargo de tu causa, Yo te hago justicia, Yo te amo, Yo te cumplo, Yo no te fallo, Yo voy a tu lado, Yo te defiendo, entre muchas otras.

Jesús, es la verdad irrefutable de su vida y mi vida, pero lo que aún no hemos callado y dejado de idolatrar no nos permite verlo tal como él es verdaderamente.

Oro para que nuestros ojos estén viendo y creyendo la verdad de quién es Jesús en nuestra vida, y caigan las mentiras que nos alejan de su divinidad, su amor y su justicia. ¡En el nombre de él, Amén!

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (TAS)
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