Naciendo De Nuevo
2 Corintios 5:17 RVR1960: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas.» 
 
Este versículo resuena profundamente en mi corazón recordándome que, al recibir a Jesús, he sido transformada de una manera asombrosa y me doy cuenta del poderoso mensaje que trae: Cuando recibo a Cristo en mi vida, se me ofrece la oportunidad de renacer, de dejar atrás las cargas del pasado y abrazar un futuro lleno de posibilidades. Es como si cada día se me diera una hoja en blanco, lista para ser escrita con nuevas experiencias, aprendizajes y crecimiento personal.

A menudo, me encuentro atrapada en viejos hábitos y pensamientos que me hacen sentir como si estuviera «viviendo en el pasado”, pero la verdad es que debo recordar diariamente que, al aceptar a Cristo, he sido liberada de esas cadenas, no tengo que seguir siendo la misma persona que era antes y mis errores y decisiones tomadas, ya pasaron y cada día es una nueva oportunidad para dejar atrás lo viejo, lo que me llena de culpa para abrazar lo nuevo , lo que Dios tiene preparado para para mí, para mi vida y mi promesa.  Por eso me encanta el enfoque para el cierre del año en nuestros devocionales Refúgiate en su Palabra: “Nuevos Comienzos “.   

Así como cada Año Nuevo nos brinda la oportunidad de establecer metas y cambios en nuestra vida, mi caminar con Cristo me ofrece lo mismo y aún mejor porque viene con la ayudan del Espíritu Santo. 

No se trata solo de un cambio superficial, se trata de una transformación profunda que comienza en mi interior al permitirme ser guiada por el Espíritu Santo. Puedo dejar atrás mis miedos, mis inseguridades y mis errores del pasado.

Hoy, elijo recordar que soy una nueva creación. Las cosas viejas han pasado, y tengo la oportunidad de vivir en la libertad y la esperanza que Jesús me ofrece. No importa cuántas veces haya fallado, siempre puedo volver a Él y comenzar de nuevo. Hay una diferencia entre seguir pecando y seguir viviendo en pecado; nadie alcanza la perfección de vivir sin pecado en esta vida, pero el cristiano vive buscando la santificación día a día, intentando pecar menos y odiando cada vez que nuestra naturaleza nos hace caer en el pecado que todavía tiene poder sobre nosotros. La diferencia es que ahora ya no soy esclava del pecado, como lo fui anteriormente, ahora soy libre en Cristo y el pecado ya no tiene poder sobre mí, porque Cristo pagó el precio por mi libertad.

Así como el Año Nuevo trae consigo la promesa de un nuevo comienzo, mi vida en Cristo es un constante renacer.

Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (PG)

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